Foto: Peña Montañesa, este agosto. Sobrarbe Digital.

Por Juan Diego Tamayo, párroco de la iglesia de Boltaña.

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 16- 21- 27

En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

— ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

— Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.

Entonces dijo Jesús a sus discípulos:

— El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

Palabra del Señor

Historia de Verano

Son muchas las historias que se viven en el verano, son historias normales y aún en el mundo de hoy, algunas muy atrevidas, pero lo que más mola, es el reto de contarlas y reírse con todas las aventuras luego de terminado el periodo vacacional y de ello, repetiremos una y otra vez las más osadas, atrevidas, graciosas y anecdóticas.

La historia del Señor, escrita desde toda eternidad,es inolvidable y también es la historia más osada, atrevida, graciosa y anecdótica y de momentos trágicos como pudo suceder en algunos de los momentos del verano.

Pues hoy en unas de esas historias memorables se nos cuenta que Dios seduce a Jeremias (20, 7 – 9) – lo reconoce el mismo profeta – hasta llevarlo a la Palabra. También leemos que Dios motiva al hombre hasta invitarlo a gritarle: “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mio”(salmo 62), luego para que nos vamos haciendo a la idea de no olvidarlo nunca es el Apóstol San Pablo quien nos dice que Dios invita a discernir lo que es su voluntad, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto(cfr. Romanos 12, 1-2) en cuenta resumida a buscar la manera de encontrarnos con El, dispuestos a la verdad, y como para terminar y hasta liarnos un poco nos encontramos con el Evangelio en el que Dios en la Persona de Jesucristo nos invita a Sufrir, ¡oye a sufrir!, y ¿como invita a sufrir?; basta oir las palabras con las que nos quiere seducir, invitar y llamar: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. Uy con esas Palabras cualquiera lo sigue, diríamos hoy.

¡Pero es que esa propuesta no tiene quien la rechace!, es muy sencillo; me miro, me toco, me siento, me veo, respiro y pienso: “¿quien soy yo?, – la propuesta de la predica anterior – y me digo que soy el resultado del amor de Dios, ahora si, tengo todas las motivaciones para tomar mi cruz, Él, lo hizo por mi y yo estoy aquí por gracia de Él, que dificultad tengo yo entonces para seguirlo a Él, soy prueba de su amor, me quiere regalar el cielo y yo no puedo, ni debo tener dificultad para ser su testigo… lo amo y lo amaré siempre y no es una historia de verano, es la historia de mi salvación, cada uno de nosotros, no se debe cansar de contarla.

AUDIO: Juan Diego Tamayo, sacerdote.