Foto: imagen de la iglesia de Boltaña.

Juan Diego Tamayo, sacerdote de la iglesia de Boltaña.

XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ.  EVANGELIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 3, 13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

–Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.

Palabra del Señor.

¿La Iglesia tiene que Evolucionar?

Es frecuente escuchar, a quienes viven el cristianismo y a quienes no lo hacen esto de; “la Iglesia tiene que evolucionar” y le recriminan que va siempre detrás, y muy atrás, de lo que sucede en el mundo.

Y es que frecuentemente le exigimos a nuestra fe, pasos que no puede dar, caminos que no puede trasegar, le pedimos a las leyes de la Iglesia que vivan las leyes que dirigen al mundo.

Hermanos permanecemos en una Institución en la que su fundador decretó una única norma: la del amor, una norma que tiene mirada vertical y horizontal, una norma que nos permite la relación perfecta con Dios y con los hombres y que nos coloca como centro de la misma historia.

¡Pues no!, la Iglesia siempre ha evolucionado, pero nunca podrá actuar según las prescripciones del mundo, la Iglesia si camina en el mundo, pero nunca será del mundo, ¡lo sentimos!, pero por mucha alegría que el Papa Francisco, usted o yo, le queramos dar a la Iglesia, ella nunca aceptará lo que es pecado, siempre, eso si, caminará buscando al pecador.

Hoy en un tiempo después del tiempo de Moisés nos encontramos con muchos templos católicos levantados en el mundo, para que el hombre se acerque a ver en ellos la presencia de Dios y deje sus idolatrías y al mirar al crucificado sane todas sus heridas.

Sería imposible llegar al templo buscando que el sacerdote nos anime a vivir la desgracia de nuestras prostituciones.

Hoy un tiempo después del tiempo de San Pablo nos encontramos con muchos Sagrarios en el mundo donde solo a Él, a Jesús-Eucaristía, le digamos que “Es el Señor, para Gloria de Dios Padre”.

No podemos esperar que la Iglesia cambie esta propuesta, no podemos entenderla como retrasada y si es por la manera de expresarla ya el concilio vaticano dice que tenemos que presentar a Jesús con nuevo ardor, con nuevos métodos y con nuevas expresiones – ello no significa volverla un circo, ni mucho menos un cementerio – ello significa que tenemos que amar más y más, hasta que duela como lo dijo la Santa.

Hoy un tiempo después del tiempo del mismo Dios echo hombre y que pasó por la cruz para luego resucitar, El Padre nos sigue diciendo que “no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él”. No podemos pedir una Iglesia tan moderna que acepte el pecado y contemporanice con los errores del mundo, tampoco una Iglesia que acumule tesoros o simplemente viva sus leyes al margen del mismo hombre, debemos siempre pedir una Iglesia capaz de permanecer fiel, aún hasta el punto de la cruz.

La Iglesia eres tú, la Iglesia soy yo, la Iglesia somos nosotros y Cristo es la cabeza, si quieres pertenecer a ella deja tus cosas y toma tu cruz, si quieres vivirla; hazlo en libertad pero con compromiso, Jesús no te obliga, no lo hizo con el joven rico, no lo hará contigo, ven y en libertad acepta el compromiso, en libertad deja tu pecado para vivir la gracia, y solo entonces, entenderás que la Iglesia no camina según el mundo, la Iglesia Evoluciona según la Voluntad de Dios.

No es fácil dejar de vivir según lo quiere la naturaleza del pecado, pero recuerda en este día de la exaltación de la Santa Cruz, que Jesús tomó su cruz y en ningún momento va a evitar que tu tomes la tuya, Él quiere tu Resurrección.

Feliz semana para todos.

AUDIO: Juan Diego Tamayo, sacerdote de la igleisa de Boltaña.