Foto: TuHuesca.

La veterana reunión motorista ‘Invernal de Arguis’, candidata a los IV premios aragoneses a la mejor experiencia turística.

Arguis, pequeño pueblo del Pirineo Aragonés, podría por primera vez ver recompensada su silenciosa pero incansable labor en favor del turismo experiencial desde la década de los años 40, en particular su defensa del motociclismo como vector turístico sostenible, de gran valor añadido y clave para las pequeñas localidades con accesos precarios.

La “Reunión Invernal de Arguis”, que se celebra desde 1974 y constituye el más veterano de los encuentros motoristas españoles, concurre a la cuarta edición de los premios convocados por la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón y que se fallarán a mediados del próximo mes de diciembre.

Imagen facilitada por TuHuesca.

La propuesta candidata es una reunión motorista de una sobriedad extrema, con una personalidad muy marcada, que parte de un formato singular donde exclusivamente asisten motoristas viajeros y aventureros, siendo el 50% llegados desde otros países europeos, muchos de ellos sobre motocicletas de época, convirtiendo a Arguis en un verdadero viaje en el tiempo en forma y fondo que recibió la felicitación del Rey de España en 2013, coincidiendo con su 40 aniversario.

Este pequeño, pero hermoso pueblo altoaragonés ha recibido todo tipo de parabienes por parte de la prensa: “Capital del Motociclismo Español”, “La aldea irreductible” (parafraseando a los conocidos comics de “Asterix”), “Viaje iniciático a la razón de ser de nuestra afición” e incluso ha sido comparado con la Catedral de Santiago por la peregrinación de motoristas europeos que cada año viajan hasta Arguis en su particular “Camino de Santiago motorista”, uniendo desde el lejano 1974 naciones y lenguas para pasar una noche en mitad de las montañas, junto al calor del fuego, conversando en varios idiomas sobre viajes, lugares y gentes, sin ningún montaje escénico ni más compañía que las estrellas, el frío y la desbordante naturaleza del entorno.

Ni el intenso frío, habitualmente entre 7 y 14 grados bajo cero, ni las copiosas nevadas que han protagonizado algunas ediciones han conseguido hacer mella en el ánimo de unos asistentes que en algunos casos recorren miles de kilómetros para asistir, llegando incluso desde lugares tan lejanos como San Petersburgo, Estocolmo o Helsinki. Un flujo o efecto llamada que se deja sentir a lo largo de todo el año.

Con estos próximos premios a la Mejor Experiencia Turística de Aragón, esta comunidad podría ser la pionera en reconocer a una experiencia motorista su enorme valor como vector turístico, lo que ha despertado las ilusiones de un sector que es clave para el turismo de muchos países europeos, precisamente en un contexto en que los esfuerzos de Aragón se centran en promocionar el llamado turismo “slow” en moto por las carreteras secundarias de la región.