Ángel Luis Saludas ‘Barré’, vecino de Espierba, término municipal de Bielsa, nos ha hecho llegar la siguiente información (texto íntegro de la nota).
A VUELTAS CON LOS TRESMILES
Cuando han pasado tres años desde la aprobación de la lista de los tresmiles del Gobierno de Aragón, quiero hacer algunas aclaraciones en defensa de la Comisión de Toponimia que la impulsó, así como hacia todos los montañeses y montañeros que queremos estas montañas aragonesas.
Como natural de una de las aldeas de Bielsa, en la que vivo dedicándome a la ganadería, simplemente aclarar que los nombres que aparecen en la lista de la comisión son los correctos en este valle.
Siempre hemos dicho L’Almunia por La Munia, la Punta las Loseras a Sierra Morena, simple traducción del francés Serre Mourene, los Marmorés y no Marboré son el Marmorés d’el Cul Gran y Marmorés d’el Cul Chicot, a los que les dicen Astazus, deformación de la forma gascona Eths Estazons y de la de Broto Os Estazons que a ellos les pertenecía esta montaña por la cara N. El Mallo Marmorés al Cilindro de Marboré, traducción de Le Cilindre de Marboré, Pico Plan de Marmorés al Pico Marboré, el Mallo Tormosa y la Punta Tormosa a los Pics Baudrimón.
Así como la Repunta las Neveras al Pico de Esparets y, aunque nosotros en la Valle Bielsa decimos la Punta de las Tres Herodes al afamado Monte Perdido que, como tantos otros, no es más que una traducción al castellano del bautizo francés de Mon Perdu, e incluso alguna persona mayor del valle ha empleado la forma Mon Perdito, una traducción a nuestra lengua pero poco usual, reconocemos que la forma más empleada de todo Sobrarbe, incluso otras muchas comarcas de Aragón, es la forma Punta Treserols.
Así informamos a los investigadores de la comisión en las repetidas ocasiones que nos consultaron. Esto es una pequeña muestra del mal y de lo mal que se ha hecho y se sigue haciendo con este patrimonio de todos que es la toponimia de nuestros pueblos y valles.
Se le ha dado importancia a los Tresmiles por lo que conlleva para los montañeros y turistas, pero al resto de la toponimia le sucede lo mismo, decimos Tringonier y no Trigoniero, la Valle Verde y no el Valle de Pineta, el Volán de Marmorés y no el Balcón de Pineta, es el Puerto de la Forqueta y no el Puerto de Bielsa, son Es Gorgos o Ibons d’el Tromacal y no los Lagos de La Munia, la Conchesta de Marmorés y no el Glaciar de Marboré, la Punta el Garién y no el Pico del Forcarral deformación de la partida de El Felcaral que se encuentra mil metros más abajo, y así sucesivamente con la mayor parte de los nombres de nuestros montes y montañas, como sucede en los valles vecinos del Pirineo Aragonés.
No sé si esto ha sucedido por el egocentrismo y autosuficiencia de los primeros pirineístas –y algunos de los que han venido después– o por desconocimiento de nuestra lengua, el aragonés. Nosotros y nuestros antepasados también tenemos una parte de culpa, por la dejadez de no protestar ante tamaños errores, unas veces por desconocimiento de esos usos o de las cartografías y otras por la mera necesidad de sobrevivir y convivir en estas tierras de turismo.
Lo que sí ha de quedar claro es que los miembros de la Comisión de Toponimia preguntaron y se les informó.