
El Ayuntamiento de Aínsa rinde homenaje a José Luis Mur Vidaller, propietario del Museo de Ingenios Musicales (MIM) de Labuerda, que ha donado al pueblo un escudo de Aínsa del año 1.603 descubierto durante las obras de rehabilitación del edificio.

Aínsa reaviva la emoción previa a la celebración de la emblemática Morisma con un video mapping que este sábado se proyectó sobre la fachada del ayuntamiento ante cientos de personas. El trabajo, de cinco minutos de duración, es una sucesión de imágenes que recogen este legendario capítulo de la historia de Aragón, y que comenzaba con la aparición de Pentafuria, el personaje que fue novedad y última incorporación al elenco en 2022.
“El video mapping refleja una parte de nuestra historia que hay que reconocer y reivindicar, y que resultó fundamental en la creación del Reino de Aragón”, apunta Isabel Bergua, presidenta de la Asociación Cultural La Morisma. “Ha sido un trabajo laborioso, nos ha costado meses. Parece increíble que detrás de cinco minutos de proyección pueda haber tanto trabajo, pero así ha sido. Recabar información, imágenes que pudieran encajar… Estamos contentos, a la gente le ha gustado y es nuestra forma de celebrar estos trece siglos de historia”.
Isabel Bergua, presidenta de la Asociación Cultural La Morisma.
Entre algunas de las imágenes que recoge el audiovisual, se ha querido dar especial valor a los soportales de la Plaza, pues con la otorgación de ciertos privilegios a la villa se permitió realizar ferias en distintas fechas. “En Aínsa hubo mucha vida artesanal, se crearon los soportales porque era zona de mercado, y se otorgó el derecho de uso de la marca ‘Maschus Ville Ainse’ para piezas elaboradas en plata.
También queríamos que se viera la época de las tropas francesas, cuando Aínsa fue totalmente quemada, y la importancia que siempre ha tenido el agua por su ubicación en la confluencia de dos ríos”, añade la presidenta. El recorrido llega hasta la actualidad con imágenes de dron de todo el casco antiguo y la zona del castillo. Para su elaboración se contó con la empresa oscense Producciones Viridiana. Se proyectó a las 23h y a las 00:00h y vino acompañado de una pequeña interpretación donde aparecen los personajes de El Diablo y El Pecado, cuyos papeles asumen hasta ahora los vecinos Guillén Palacín y Quino Coronas.

No obstante, la noche comenzaba con el homenaje a José Luis Mur Vidaller, conocido por sus dotes futbolísticas de juventud y su afición a la fotografía, convertida hace décadas en una prolífica profesión, así como por poner en marcha el reciente Museo de Ingenios Musicales de Labuerda. Fue durante sus obras de rehabilitación que encontró un escudo grabado en piedra de la Villa de Aínsa, datado del año 1.603.

El más antiguo con el árbol de Sobrarbe de cuantos se conocen hasta la fecha. “Como labordense, feliciano y gurrión para los amigos, tengo el honor de hacer donación al ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe de lo que el azar y la serendipia pusieron en mis manos al acometer las obras de rehabilitación de Casa Felipe de Labuerda, hoy Museo de Ingenios Musicales (MIM)”, decía Mur este sábado frente al nutrido público.
José Luis Mur Vidaller, propietario del MIN de Labuerda.
“Aprovechando la última oportunidad de verlo y tocarlo antes de que fuera entregado, recibí la visita de Ángel Gari, Pilar García Buetas y Blas Coscollar. Abundaron en detalles y consideraciones que le dan a la pieza un valor principal. Quiero manifestar que un apasionante camino se abre para los expertos”, continuaba el propietario del MIM. Y destacaba que aunque hijo de Labuerda, su vinculación con Aínsa se remonta a su infancia.
“Acudía a comprar el último número del Capitán Trueno. Mi padre me entregaba cinco pesetas en calderilla y recorría todas las casas de la villa comprando pieles de conejo. Allí fui con el primer carrete de fotos, que lo reveló y positivó Altemir. Recuerdo también mis años de estudios en el instituto, donde me di a conocer y fue motivo para fichar en la UD Barbastro. Mi primer trabajo como camarero en el cine Avenida, los amigos que aquí conservo… Por todo ello he considerado donar el escudo”, concluía.

El ayuntamiento aceptó la donación el pasado 12 de agosto y a través de Beatriz Salcedo, teniente de alcalde y concejala de desarrollo y promoción turística, agradeció la donación “de un bien de tanta importancia para nuestro municipio, por cuanto acredita y documenta el escudo de nuestra villa hace ya más de 400 años. Esta pequeña parte de nuestra historia que ahora nos lega quedará expuesta en el museo de artes y oficios tradicionales”, anunció.
Beatriz Salcedo, concejala del Ayuntamiento de Aínsa.
El evento de este sábado, lleno de solemnidad y de emoción, ha sido la perfecta antesala a la representación bienal, que este año se celebra el 31 de agosto y que ya tiene sus entradas a la venta en www.lamorisma.com.
Texto leído por José Luis Mur Vidaller
Buenas noches y muchas gracias a todos los que, movidos por la curiosidad, la heráldica, la historia o la cultura habéis acudido a este acto de recepción por parte del Excelentísimo Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe del que, en opinión de los expertos, es el escudo en piedra, con el Árbol de Sobrarbe, más antiguo encontrado hasta la fecha.

Muchas gracias a Enrique Pueyo, su alcalde, a los miembros de la corporación municipal y a los representantes de “La Morisma de Aínsa”.
Como labordense –”Feliciano” y ”gurrión”, para los amigos– tengo el honor de hacer donación al Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe de lo que el azar y la serendipia pusieron en mis manos al acometer las obras de rehabilitación de casa Felipe de Labuerda, hoy Museo de Ingenios Musicales, gestionado por la Fundación “Colección Mur Vidaller”.
Las medidas de la piedra son 56x52x12cm. y su leyenda reza: “De la villa de Ainsa año 1603”.
Aprovechando la última oportunidad de verlo –y ”tocarlo”– antes de que fuera entregado, recibí ayer la visita de Ángel Gari. Pilar García Guatas y Blas Coscollar.
Ángel y Pilar abundaron en detalles y consideraciones sobre aspectos simbólicos que resultan ser de gran interés y le dan a la pieza un valor principal. Si bien no soy la persona indicada para reflejar sus consideraciones, ni es el lugar para entrar en ello, quiero manifestar que un apasionante camino se abre para los expertos.
Blas subrayaba la proximidad de la fecha con aquel 20 de diciembre de 1591 en el que fue ajusticiado Juan de Lanuza, Justicia de Aragón, por defender los Fueros. Esta circunstancia dio lugar a las “Alteraciones de Aragón” y la anulación de la autonomía del Justiciazgo y de la Diputación del Reino. Una parte de la nobleza aragonesa encontró, en la representación del Árbol de Sobrarbe en sus escudos, una manera de reivindicar lo perdido.
Aunque soy hijo de Labuerda, he considerado procedente donar el escudo al ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe pues, dada la importancia de la pieza, dispone de los medios para hacerla más conocida y accesible. El lugar elegido para su exposición es el “Museo de Oficios y Artes Tradicionales” y en su letrero informativo quedarán reflejadas tanto las vicisitudes de su recuperación como, de manera destacada, su origen labordense.
Soy muy consciente del valor documental y patrimonial de la pieza, objeto de la donación y de la trascendencia de la misma para historiadores y especialistas, en general.
Con la donación, considero que he cumplido como sobrarbensee, pero es solo el primer paso. Quedan muchas preguntas para expertos en patrimonio e historiadores:
–¿qué hacía este escudo en Labuerda?
–¿quién lo esculpió o lo mandó esculpir?
–¿qué pretendía expresar?
–¿se trata de un blasón o de una piedra protectora?
–¿de qué la cantera fue extraída la piedra
Muchas preguntas, cuya respuesta ayudará a conocer momentos importantes de la rica y extensa historia de nuestra comarca de Sobrarbe.