Los núcleos de población de Santa María de Buil y Sarratillo, en el municipio de Aínsa, han quedado aislados tras el fuerte desprendimiento de rocas sobre la carretera que da acceso. Es la tercera vez que ocurre en un mes debido a las intensas lluvias registradas en la zona, y desde el ayuntamiento solicitan ayuda a las administraciones superiores para solventar los graves daños producidos por las lluvias desde el pasado 6 de septiembre.
Desde entonces se han acumulado casi 300 litros por metro cuadrado, “mucha agua en poco tiempo, lo que se ha traducido en desprendimientos en carreteras y pistas de acceso a los pueblos y a las fincas de agricultores y ganaderos, deteriorando las vías secundarias con las que cuenta el municipio”, explica el alcalde Enrique Pueyo. Los más perjudicados, quienes allí viven y requieren de su vehículo para sus quehaceres diarios, o para recibir, por ejemplo, servicios de asistencia.
El alcalde de Aínsa, Enrique Pueyo.
“Con los recursos del ayuntamiento es prácticamente imposible acometer todas las reparaciones necesarias”, continúa Pueyo. “Ya habíamos hecho una estimación del cálculo del coste que deberíamos sufragar y supera el medio millón de euros. Ahora será mucho más después de las lluvias de esta semana. Por eso, solicitamos a las administraciones superiores colaboración para devolver a la normalidad las vías secundarias del municipio”.
El alcalde de Aínsa, Enrique Pueyo.