Oveja en Los Molinos (t.m. municipal de El Pueyo de ArguáS). Foto: SobrarbeDigital.

La Finca Experimental de La Garcipollera del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón), ha desarrollado durante este verano una acción demostrativa para evidenciar la utilidad de los drones en la gestión de rebaños de ovino en distintos tipos de pasto.

El testaje se ha realizado en las condiciones tradicionales de manejo de la montaña pirenaica, donde los rebaños suelen aprovechar pastos de fondo de valle en primavera y otoño y pastan durante el verano en puertos de montaña, con un manejo muy diferente en ambas zonas.

Suelta de ganado en Ordesa en julio de 2018. Foto: SobrarbeDigital.

Los pastos de fondo de valle suelen presentar una orografía suave, estar muy parcelados y más o menos cercanos a las explotaciones, por lo que el pastoreo se realiza mediante cercados o guiados por el pastor. Los pastos de montaña, por el contrario, presentan gran extensión y una orografía mucho más abrupta; en ellos los rebaños suelen pastar libremente, con visitas periódicas y frecuentes de los ganaderos para su vigilancia y cuidado.

Suelta de ganado en Ordesa en julio de 2019. Foto: SobrarbeDigital.

El CITA ha aportado sus rebaños, instalaciones y conocimientos sobre el manejo de los animales en sistemas ganaderos extensivos, de la mano de sus investigadores de la Unidad de Producción y Sanidad Animal, Javier Ferrer e Isabel Casasús, y del personal técnico de la Finca Experimental La Garcipollera. El grupo Delsat, dirigido por Daniel Yuste, ha aportado su experiencia como empresa operadora de drones, especializada en filmación aérea audiovisual para trabajos técnicos y científicos, como el proyecto Pharmadron para el transporte farmacéutico en áreas rurales.

Responsables del proyecto durante el testaje en pastos de montana. Foto: DGA.

La ganadería de precisión y el uso de drones
La ganadería de precisión ha experimentado un desarrollo espectacular en los últimos años, combinando el uso de sensores, sistemas de transmisión y procesado de la información que permiten un control individualizado de los animales, su estado y sus rendimientos. En la actualidad se comercializa una gran diversidad de equipos, desde soluciones tan sencillas como las cámaras para la vigilancia de los animales en las instalaciones a los más complejos robots de ordeño, con distribución de alimentos y sensores para recoger múltiples datos de los animales.

En este ámbito ha progresado especialmente el uso de vehículos aéreos tripulados por control remoto (drones) en agricultura, conectados con aplicaciones que optimizan la gestión de los recursos y los cultivos. En ganadería se utilizan sensores más o menos complejos para estimar la cantidad y calidad del pasto, posicionar a los animales o analizar su salud y bienestar. En su versión más sencilla, aunque no por ello menos útil, un dron equipado con una cámara permite la localización e inspección de animales e infraestructuras y puede facilitar los movimientos del rebaño. El desarrollo de tecnologías de fácil uso y bajo coste cobra especial importancia para la ganadería extensiva, ya que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida del ganadero, facilitándole un trabajo que en zonas de difícil orografía puede presentar especial penosidad. Esto es vital para garantizar la supervivencia de una ganadería ubicada en ecosistemas cuyo alto valor natural está íntimamente ligado al propio aprovechamiento pastoral.

El equipo
Para este trabajo se utilizó un multirrotor DJI Phantom 4ProV2, un modelo rápido y versátil que permite la aproximación a zonas complejas desde un punto de vista orográfico. Estas aeronaves registran desde el despegue la altitud de vuelo, velocidad, distancia de la estación tierra y del piloto, distancia total recorrida y localización geográfica a tiempo real con coordenadas, todo ello con transmisión OcuSyn 2.0 HD en directo y calidad de imagen 4K. Esta información permite tanto la supervisión inmediata por el pastor como el análisis posterior de los datos con fines de investigación. Para utilizar estos equipos los operadores deben certificarse como pilotos de drones en centros acreditados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, como Delsat International Group, con formación teórico-práctica sobre el funcionamiento de las aeronaves y las técnicas de vuelo.

Movimientos del rebaño en fondo de valle
Los equipos se testaron inicialmente en praderas de fondo de valle (950 m de altitud, 2.5 ha de superficie llana) en primavera. En ellos el rebaño respondió de inmediato ante el estímulo, pilotado a distancia por un operador conocedor de las estrategias necesarias para dirigir a los animales. Pasado un cierto tiempo de vuelo se detectó una habituación del rebaño a la presencia del dron, por lo que se valoró añadir un dispositivo de amplificación de sonido emulando el ladrido de un perro para ejercer mayor intensidad de respuesta, que actualmente se encuentra en proceso de desarrollo.

Uso del dron en pastos de montaña
Durante el verano el testaje se realizó en pastos herbáceos de montaña, sobre una superficie aproximada de 700 ha, con una altitud entre 1600 y 2400 m, aprovechada por un rebaño de 250 ovejas. El control se realizó desde un único punto, el más elevado, con buena visibilidad (y línea de comunicación con el aparato) sobre prácticamente todo el territorio, y con una distancia máxima de 3 km a los puntos a controlar.

Operador del dron manejando el rebaño. Foto: DGA.

Por un lado, en apenas una hora se revisó toda la superficie pastada por el rebaño, comprobando el estado de los puntos de agua, zonas de distribución de sal, y líneas y baterías de los pastores eléctricos que delimitaban el perímetro pastable. El dron superó durante este vuelo más de 2000 metros de desnivel de subida y las correspondientes bajadas, lo cual considerando un ritmo aproximado de 400 metros/hora en ascenso y 600 m/h en descenso habría supuesto en torno a 8 horas a pie. El aparato pudo acercarse a las infraestructuras para valorar su estado desde la pantalla con suficiente precisión: agua corriente en los bebederos, bloques de sal remanentes en los saladeros, continuidad del hilo eléctrico, etc.

Por otro lado, se pudo visualizar el estado general del rebaño de ovejas y movilizarlo entre distintas áreas del pasto, comportando un ascenso de más de 600 m y un desplazamiento de 2 km. La conducción de los animales se realizó sin dificultad, emulando los acercamientos que realizaría un perro pastor por detrás del rebaño para empujarlo y cortando el paso cuando la dirección que tomaba no era la deseada. Al igual que en el testaje en praderas, se observó una cierta habituación a la presencia del equipo y una disminución de la actividad del rebaño y la sensibilidad al aparato en las horas centrales del día. Por ello, es recomendable planificar la actividad de manera que se realice a las horas de mayor movilidad del rebaño y en un corto periodo de tiempo.

Conclusiones
Los drones han demostrado ser una herramienta muy útil para mover y dirigir al ganado, revisar el estado general de los animales y los pastos, así como comprobar las condiciones de cercados, saladeros y abrevaderos.

El reciente desarrollo de estos equipos ha hecho que ganen en versatilidad manteniendo un coste asequible, tanto del aparato como de la licencia de uso, aunque hay que considerar las posibles restricciones legales de vuelos que pudieran darse en ciertas épocas o en zonas protegidas. Estos equipos pueden contribuir a reducir notablemente la dureza del trabajo en estas condiciones, y sin llegar a sustituir la labor de gestión del pastor ni la del perro, permiten complementarlas reduciendo el esfuerzo y aumentando la eficiencia en el trabajo.