El refugio de Góriz, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, ha concluido las obras para su reforma y ampliación tras 18 años y diferentes fases en unos trabajos que han entrañado una gran complejidad al tenerse que desarrollar a más de 2.000 metros de altura.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, y el vicepresidente de la Diputación Provincial de Huesca, Ricardo Oliván, han acudido a la inauguración oficial de las instalaciones, cuya titularidad corresponde a la Federación Aragonesa de Montaña, junto a otros representantes institucionales.
Entre ellos, el presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, Javier Franco; el alcalde de Fanlo, Horacio Palacio; el presidente del Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Manuel Pizarro; el director general del Medio Natural, Caza y Pesca, Alfonso Calvo; y la directora del Parque Nacional, Elena Villagrasa.
La última fase de las obras, que contaban con un presupuesto de 1,1 millones de euros, comenzó el pasado 5 de mayo y se ha procedido a la reforma del edificio viejo del refugio, con la sustitución del tejado y la remodelación de la primera planta y de la cubierta.
El Departamento de Medio Ambiente y Turismo ha aportado un total de 727.380 euros a la Federación Aragonesa de Montaña para la finalización de los trabajos, en el marco de las ayudas para actuaciones en el área de influencia socioeconómica del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que gestiona el Gobierno de Aragón con fondos Next Generation de la Unión Europea. También ha contado con financiación de la Diputación Provincial de Huesca.
Tras la reforma, el refugio ganará en comodidad tanto para los montañeros que lo visitan como para los guardas ya que se va a reducir la ratio de plazas por habitación ganando además espacio para los visitantes. El refugio mantiene sus 80 plazas, pero se ha habilitado una nueva habitación para los agentes forestales del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El refugio de Góriz comenzó a construirse en el año 1961 y lleva más de 60 años dando servicio a los montañeros del Parque Nacional, siendo el más visitado de todo el Pirineo, con 12.000 pernoctaciones anuales. Su situación privilegiada lo convierte en el punto de partida para el ascenso a algunas de las cumbres más destacadas de este espacio protegido, como Monte Perdido, Cilindro de Marboré o Sum de Ramond.
Las obras para su reforma y ampliación comenzaron en el año 2006, con un coste global de más de 4 millones de euros de los cuales el Gobierno de Aragón ha aportado 2, con la construcción de un edificio anexo al original que permitió duplicar su superficie. También se ha llevado a cabo la renovación integral del sistema de depuración y la construcción de aseos y duchas adyacentes de uso para la zona de acampada.