Follarasca, la Feria de Otoño de los Pirineos, ha concluido este sábado su sexta edición consolidando el vínculo entre la producción local y artesana y la juventud de Aínsa. Miel, pan, repostería, mermeladas, cosmética natural, turrones o trufa han sido algunos de los productos de proximidad estrella, que han podido adquirirse durante una jornada en la que ha predominado las novedades, la gran afluencia y las buenas ventas en el inicio de noviembre.
Entre la treintena de puestos de venta se encontraba el alumnado de 4ºESO del IES Sobrarbe, que ha participado por primera vez con el fin de recaudar fondos para su viaje de fin de curso. Sus elaboraciones artesanas se agotaban a primeras horas de la tarde. Engrosaban la participación juvenil los miembros del Consejo de Infancia y Juventud del Ayuntamiento, que ha vuelto a tener una importante presencia con los talleres de cuerdas y de fabricación de instrumentos musicales acompañados de los coordinadores del huerto escolar ecológico.

“Estamos muy contentos por seguir dando la bienvenida al mes de noviembre con esta feria, que ya vemos consolidada como un espacio para productores locales. Follarasca nació dentro de un proyecto de cooperación con el objetivo de mejorar la competitividad y la viabilidad de las explotaciones agroalimentarias locales, y este objetivo lo vemos año tras año reflejado aquí”, explica la concejala y coordinadora de la feria Susana Pérez. “También estamos muy orgullosos de la implicación de los jóvenes de la localidad por el voluntariado que ya vienen realizando desde hace unos años. En esta ocasión han dado un paso más con un puesto de venta. Su participación en nuestros eventos y tradiciones es fundamental”, concluye.
Susana Pérez, concejala y coordinadora de la feria.
Otra gran protagonista de la sexta edición de Follarasca ha sido la avispa velutina, una especie invasora que preocupa especialmente a los apicultores del territorio. El centenar de trampas adquiridas por el ayuntamiento se agotaba en el reparto gratuito al inicio de una jornada donde la miel sigue teniendo fuerte presencia, tanto a través de la exposición de aperos tradicionales como de los propios productores, dos del Valle de Chistau y uno de Latorrecilla. El taller de hierro ha gozado también de su cuota de atención en la zona exterior de la carpa, siendo igualmente el primer año en participar.
A mediodía, se repartían 180 raciones de guiso de garbanzos ecológicos para el público asistente. “Con motivo de la gripe aviar no ha podido realizarse el concurso de gallina de Sobrarbe que veníamos organizando en ediciones anteriores. Nos gustaría transmitir nuestro agradecimiento a Agasob, la asociación de criadores de gallina de Sobrarbe, por el trabajo que realizan y porque también han estado presentes con la donación de huevos al ayuntamiento para la realización del guiso de garbanzos”, recordaba Pérez.
Por otro lado, la trufa negra de Aragón se ha estrenado en Follarasca de la mano del presidente de la asociación, David Mur, productor de azafrán y natural de Laspuña. “Esta feria reúne a los productores de la zona, es una feria muy agradable y muy cercana en todos los aspectos, y seguiré acudiendo porque merece la pena compartir los conocimientos de mi trabajo con el público asistente”, aseguraba.
El domingo a las 19h en el Centro Cultural se clausurará la programación de Follarasca con la participación de Aínsa en el Ciclo Nacional de Cine y Mujeres Rurales. La película que se proyectará es ‘Los destellos’, de Pilar Palomero. A esta actividad se suma la celebrada el jueves como antesala de la feria, en la que se presentó el proyecto de huerto comunitario municipal y que logró despertar la curiosidad de un nutrido grupo de vecinos interesados en involucrarse en esta incipiente iniciativa la próxima primavera.


