Kroke. Fuente: DPH.

Ni siquiera los 35 grados que marcaba el termómetro al inicio del concierto desanimaron al público, que prácticamente llenó el aforo previsto por la organización del SoNna Huesca -300 espectadores- en el llamado Rincón del Olivar, en Alberuela de Tubo.

Los árboles facilitaron la imprescindible sombra a los presentes antes de que el sol se ocultara tras los torrollones de La Gabarda y la serreta de Tramaced, y calmara un poco el mercurio.

Kroke. Fuente: DPH.

A Tomasz Kukurba (viola), Jerzy Bawoł (acordeón) y Tomasz Lato (contrabajo), sin embargo, no pareció afectarles el calor en absoluto. Los tres polacos de Cracovia que formaron Kroke hace más de tres décadas, llenaron de música judía –sefardí parte de ella- y de sensibilidad klezmer el espectacular anfiteatro natural de roca arenisca situado en las inmediaciones del Parque de Aventura La Gabarda.

“it’s grate this place”, resumió Bawol, el acordeonista, que ejerció de presentador y recordó en inglés las ocasiones en las que han estado en Huesca. “Aquí en realidad empezó todo”, dijo en castellano, refiriéndose seguramente a sus repetidas giras en España, o quizá a su evolución como músicos y su viaje desde el klezmer hacia la música sefardí y árabe.

Kroke presentó en el SoNna Huesca el trabajo con el que conmemoraron el año pasado sus 30 años de carrera musical, el disco “Loud Silence”. Inspirados por la tradición de la cultura klezmer de los judíos centro europeos, Kroke ha creado su propio universo musical, con temas profundos e influencias contemporáneas. Ayer alternaron las canciones meditativas con la música de baile, y repasaron piezas polacas, sefardíes, melodías de vanguardia, klezmer y lo que se ha dado en llamar “bebop meditativo”. Quizá el público esperaba bailar más, pero la verdad es que el recital fue el ideal para el calor reinante. Mucho más profundo y delicado que festivo

Circo en Almudévar

Hoy domingo, el SoNna Huesca deja la música y nos ofrece la primera de las citas de circo que programa el festival en esta cuarta edición. El catalán Kerol presenta su espectáculo “Welcome to my Head” en la Balsa de la Culada de Almudévar, un escenario ideal para cualquier espectáculo teatral o circense.

Utilizada desde el siglo XVI como depósito de agua, la Balsa de la Culada es una balsa de forma oval realizada con sillares de piedra de distintos tamaños en la que un par de escaleras conducen al fondo de la balsa, rodeada de gradas. Allí estará Kerol a partir de las 20.30 horas para cerrar el programa del fin de semana en el SoNna Huesca.

Jordi Querol (Kerol) es un especialista en malabares excéntricos con los que ha creado cuatro espectáculos propios, además de haber trabajado también en Crazy Horse París, Cirque du Soleil o Palazzo Berlín, entre otros.

Welcome to my head es un solo de malabares excéntricos y beatbox bufonesco que ha sido premiada en festivales de París y Japón. Una serie de gags absurdos y habilidades inusuales nos mostrarán los efectos adversos de vivir en estos tiempos a un ritmo frenético.

El programa del SoNna Huesca se amplía a partir de la semana próxima a tres conciertos a la semana (viernes, sábado y domingo), un calendario que mantendrá hasta la clausura de esta cuarta edición, el 9 de septiembre.