Con todo el aforo vendido, más de 250 personas llenaron anoche la era del cine de Ascaso en la jornada inaugural de la 13ª edición de “La muestra de cine más pequeña del mundo”.
Tras la visita a la exposición Ocupación de Palestina: preludio del genocidio, comentada por su autora, la fotógrafa y activista Sandra Barrilaro, el público se dirigió a la sala de proyecciones bajo las estrellas del Pirineo aragonés para ver la primera película del festival, La casa, y participar en el coloquio posterior con el director, Álex Montoya, y su hija, Tosca, quien tiene un pequeño papel.
Para el discurso de apertura, la organización recuperó la entrega del Premio Aragoneses del Año 2024, otorgado por El Periódico de Aragón, lo que arrancó la ovación de los asistentes. «Nacimos para llevar cine a un pueblo abandonado por las administraciones fundamentalmente, y para darles la lata y reclamarles cosas que nos parecían importantes», decía Miguel Cordero, codirector de la Muestra.
Después de trece años, Ascaso ha recuperado población y dispone de infraestructuras para la habitabilidad. Anoche, ante la era repleta de público, el discurso de la gala celebrada en junio cobraba todo el sentido. «Quiero dar las gracias a las más de cien personas que han subido estos trece años como voluntarios y voluntarias a arreglar el pueblo, a levantar muros, a desbrozar, a ayudar a la gente a que aparque, a proyectar, a colocar equipos de sonido, a montar la exposición, a vender bocadillos, a abrir el bar, a atender a los periodistas y a los invitados, demostrando que desde el voluntariado y el asociacionismo se puede hacer cultura de calidad, generar riqueza para un territorio y colaborar con las administraciones, pero también tirarles de las orejas cuando no funcionan bien».
Ocupación de Palestina: preludio del genocidio
Un rato antes, durante la presentación de la exposición fotográfica dedicada a Palestina, Miguel Cordero daba otra de las claves que explican el sentido de organizar un festival de cine como el de Ascaso. «Cuando nos preguntan de qué trata cada edición de la Muestra, la respuesta la tenemos aquí. No podemos abstraernos de lo que pasa al otro lado del Mediterráneo, debemos denunciar la catástrofe humanitaria provocada por Israel, lo que el Tribunal Penal Internacional está juzgando como posible genocidio, y el riesgo cada vez mayor a que la guerra se expanda».
Sandra Barrilaro es fotógrafa, editora y activista por los derechos humanos de la población palestina. Fruto de sus diversos viajes a Gaza y Cisjordania, surgió el reportaje fotográfico Palestina, una mirada a la injusticia, y de ahí la selección que compone la exposición ubicada en la calle Única de Ascaso, rebautizada como Ocupación de Palestina: preludio del genocidio. «De los edificios que aparecen en estas fotos no queda prácticamente nada», señaló. «El genocidio en Gaza está siendo posible porque durante 76 años Israel ha gozado de total impunidad». A pesar del sufrimiento y la destrucción provocada por la ofensiva que comenzó tras el 7 de octubre, Barrilaro alertó que el estado hebreo «continúa siendo socio preferencial de la Unión Europea y no solo no se le ha impuesto ninguna sanción, sino que seguimos, España también, proporcionándole y comprándole armamento». Advirtió, además, de que los datos sobre «asesinados, no muertos, son muy inferiores a la realidad», tal y como publicó recientemente la prestigiosa revista médica The Lancet, que elevó la cantidad a más de 186.000 víctimas.
Para acabar el recorrido de la exposición, Sandra Barrilaro alentó a informarse sobre la historia y la realidad del conflicto en Oriente Medio y a participar en campañas de cooperación y denuncia. En este sentido, durante los días de la Muestra, el colectivo Sobrarbe con Palestina dispone de un espacio en Ascaso con material solidario a disposición de los visitantes.
Un coloquio muy animado tras la proyección de La casa
La casa fue la película elegida para abrir la 13ª edición de la Muestra, avalada por los reconocimientos obtenidos en el Festival de Málaga, donde ganó los premios al mejor guion, banda sonora original, el del público y el Feroz de la crítica. «El éxito en Málaga fue muy importante para el recorrido comercial de la película», reconoció su director, Álex Montoya, durante el coloquio posterior a la proyección.
La cinta está basada en la novela gráfica de Paco Roca que ganó un premio Eisner en 2020. Relata el encuentro de tres hermanos y sus familias en la casa de campo que construyó el padre y que, tras su muerte, acuerdan vender. La película se rodó en la casa del autor valenciano. «No le enseñamos la película hasta dos días antes del estreno en Málaga, y por suerte le gustó», reveló Álex Montoya, quien se mostró muy dicharachero durante toda la velada. Explicó que Astiberri, la editorial propietaria de los derechos de La casa, «nos dijo que había otros candidatos para rodar la peli, así que, como somos de Valencia, íbamos a todas las firmas de Paco Roca para pedirle que nos cediera los derechos. Al final, le hicimos una oferta que no pudo rechazar», bromeó.
La gran triunfadora de la noche fue Tosca, la hija del director, que interpreta a una niña de siete años. La charla entre ambos dio mucho juego y provocó las carcajadas del público. «Fue fácil rodar con ella, porque es una actriz muy técnica». Álex Montoya se define como un director visual. «Seguramente, la mayoría de actores que trabajan conmigo dirán que no soy un buen director de actores, porque tengo muy claro el resultado que quiero conseguir, de modo que su actuación es instrumental», algo que Tosca entendió muy rápido.
Preguntado por la salud del cine valenciano, se mostró muy contundente. «Es un desastre. Tener de conseller de Cultura a un torero no ha ayudado mucho».