El número de visitas a las bibliotecas municipales en la provincia de Huesca alcanzó las 428.832 durante el último año, con cerca de 200.000 de perfil infantil. De esta cifra, más de 120.000 participaron en los cursos, talleres o actividades del programa que completan la función lectora de estos centros de dinamización social que se despliegan por prácticamente todo el territorio.
Este es un primer diagnóstico que ha hecho la Diputación de Huesca con todos los datos recogidos desde los diferentes servicios bibliotecarios que, tal como señala la responsable de Cultura, Maribel de Pablo, “revelan que la implicación provincial mantenida a lo largo de más de treinta años ha dado sus frutos, triplicando usuarios, fondos y préstamos”.
Hay que remontarse a mediados de los años ochenta, desde entonces la DPH ha apostado por la creación de una red estable que, a día de hoy, la conforman 87 centros en otras tantas localidades de la provincia con casi 3.000 puestos de lectura.
Así es cómo el papel de la red de bibliotecas municipales ha ido ganando relevancia y ya presta servicio al 90% población altoaragonesa. En total, son cerca de 6 millones de euros el presupuesto global que año a año se ha ido destinando a nuevas y renovadas instalaciones, equipamientos, nuevas dotaciones, a su informatización y formación de bibliotecarios. Ahora la mirada está puesta en la conectividad de banda ancha que llega a las poblaciones rurales para su conversión en centros de recursos digitales en los municipios.
“Vamos a iniciar un plan para la transformación de las bibliotecas, queremos que las bibliotecas tengan todavía más presencia y notoriedad pública y social en nuestros municipios”. Así lo señala en el Día de las Bibliotecas la diputada Maribel de Pablo, quien apuesta por animar a la formación de nuevos lectores y convertirlas en verdaderos centros locales que den acceso a la lectura en soportes y plataformas digitales, a nuevas vías de ocio, “en general, que proporcionen al ciudadano información, formación y entretenimiento”.
Para lograrlo, la DPH trabaja en la elaboración de un mapa-censo de bibliotecas que sirva como instrumento básico de información, análisis y planificación para este paulatino proceso de transformación. Esto permitirá conocer las necesidades reales de cada punto de lectura y su capacidad de adaptación y transformación, tanto a nivel de la actualización de instalaciones, equipamientos, servicios o pautas de funcionamiento.
Uno de los aspectos que quiere seguir priorizándose es la formación y la capacitación de los bibliotecarios porque “ellos representan el éxito o fracaso del servicio, por lo que debemos dotar a estos técnicos de los recursos necesarios si queremos ofrecer nuevos servicios”, ha mantenido De Pablo.
Durante el último año, se solicitaron más de 300.000 préstamos y se promovieron un total de 2.951 actividades. Una cifra esta última que supone la organización de más de ocho propuestas al día principalmente de fomento a la lectura, pero que han dado pie al interés por otros documentos y soportes.
En esta programación se contó con 121.384 participantes, en lo que ha supuesto clara apuesta por la intensificación de actos para atrae a nuevos usuarios, sobre todo niños y jóvenes.