Foto: SobrarbeDigital.

Durante todo el mes de agosto, la DPH ha tenido instalado todo lo que rodea a las Fallas del Pirineo en San Juan de Plan, donde la muestra ha cerrado sus puertas con gran aceptación del público. Allí se han contabilizado más de 1.000 visitantes, además de vecinos del municipio sobrarbense y de su entorno, “el perfil general de los visitantes se corresponde con gente de Aragón, sobre todo de la provincia de Zaragoza, seguidos de catalanes, madrileños y valencianos”, comenta el concejal de la localidad, Roberto Serrano, quien añade que a la exposición también ha llegado público de más allá de nuestras fronteras, “los más numerosos los que proceden de Francia y Holanda, seguidos de los belgas”, concluye.

Tras iniciar su itinerancia en San Juan de Plan, la exposición centrada en la fiesta de las Fallas del Pirineo se trasladado a Sahún, donde podrá visitarse hasta el día 14 de septiembre. Después la muestra se instalará en Montanuy y permanecerá hasta el día 2 de octubre para terminar el año, el 19 de diciembre en Laspaúles, donde podrá visitarse hasta el 8 de enero de 2017.

La exposición está compuesta por imágenes que documentan las diferentes formas en las que se realiza este ritual, todas ellas con el fuego y la tierra como elementos comunes. Entre las fotografías se puede apreciar la celebración de las fallas en San Juan de Plan, Sahún, Bonansa, Montanuy, Aneto, Castanesa, Laspaúles, Villarrué y Suils, las nueve localidades en las que se ha mantenido esta fiesta en el Pirineo aragonés, además de otras de las Fallas de pueblos catalanes, andorranos y franceses.

Esta manifestación cultural se acercan al público en forma de una exposición que recorre algunos de esos lugares en los que para el solsticio de verano, en torno a la noche de San Juan, se continúa celebrando esta fiesta, “una de las tradiciones más antiguas que existen en el Pirineo”, en palabras del presidente de la DPH, Miguel Gracia, cuando el mes pasado se dio a conocer esta iniciativa que cuenta con el sello de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La muestra está compuesta por tres tótems que recogen una selección de imágenes en torno al sentimiento de comunidad que es característico en la fiesta en las sesenta localidades en las que se celebra, pues se implica toda la población en la celebración. Este sentimiento de comunidad al que se hace referencia en la exposición es también una de las particularidades que hicieron que en el mes de diciembre del año pasado la Unesco declarase esta actividad como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tras presentarse una candidatura conjunta entre los territorios de los tres países en los que se desarrolla esta celebración.