Miguel Ríos & The Black Betty Trío ofrecen un recital para el recuerdo ante 1.600 espectadores para poner el penúltimo broche a la tercera edición del Festival SoNna Huesca que organiza la Diputación de Huesca
Sorprendió por su voz, por su buen humor, por su inquebrantable condición de rockero y porque sigue siendo el mismo a sus 78 años. Es Miguel, Mike Ríos, el del acento granadino, quien aseguró haber nacido al lado de una cartuja y no lo hizo para congraciarse con el público, al que se metió en el bolsillo desde el primer tramo de concierto. Y es que la versión de Bienvenidos no se hizo esperar.
Público de todas la edades llenó prácticamente el recinto de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena, aunque se notó que había subido la media respecto al día anterior con Antonio Orozco.
Como hacen los más grandes, Miguel Ríos se subió al escenario con una espectacular pléyade de músicos, que bajo el nombre de Black Betty Trío, a pesar de ser cuatro, ejercieron de banda de blues contemporáneo con violín, guitarra y piano como instrumentos principales. Llegó incluso a dejarlos solos. Dijo Miguel retirarse un momento por varios conceptos relacionados con la edad y dejó a sus músicos hacer un par de temas.
El recital fue alternando canciones de toda la vida, como Vuelvo a Granada, La Plaga, El blues del autobús o Año 2000 con sus últimas grabaciones: Memphis Granada, Por San Juan, El blues de la tercera edad… El tramo final lo reservó Miguel Ríos para algunas joyas de su discografía: Los viejos rockeros, Sábado en la noche o Roncanrol bumerang dieron paso al éxtasis final con Santa Lucía y el Himno a la alegría para cerrar un concierto en el que la nostalgia convirtió en blues o en country el viejo rock and roll.
Fue ese tramo cuando el público respondió. Comenzaron a tararear y Miguel en seguida los dejó cantar. “Sois tan rockeros como yo, joder”, había dicho hacía solo un rato. Con Sábado en la noche, que vino al pelo, el ritmo aumentó y el recital acabó como todos soñábamos. “Sábado en la noche, en los Monegros con luna llena”, cantó Miguel cambiando la letra. Y es que hay quien puede cambiar la letra de sus canciones cuando le venga en gana. Y ese es el caso de Don Miguel Ríos, Miguel. El de siempre. El de toda la vida.
A partir de entonces comenzaron los adornos. Se adornó el violín, se adornó el piano… Y todos nos dimos cuenta de que había un pedazo de banda encima del escenario.
Antonio Orozco enamora al público del SoNna
Ni Antonio Orozco ni buena parte del público (casi 1.500 espectadores), mayoritariamente femenino, estaban dispuestos a vivir el concierto sentados. El de Hospitalet de Llobregat busca la cercanía –incluso intimidad- con sus fans y primero las puso de pie, y luego les pidió que se acercaran para alterar el plan previsto por la organización y cambiar el concierto que habían imaginado las primeras filas de mesas. El que se adaptó, se lo pasó en grande. El que no, acabó mosca, aunque la organización del SoNna Huesca poco pudo hacer. Y los empleados de seguridad, mucho menos. El artista quiso el concierto que tuvo, y la verdad es que fue emocionante y disfrutón.

El recital fue subiendo de ritmo y temperatura. Orozco, zalamero y cariñoso, explicó que en Aragón “me quedaría a vivir”, poco antes de aclarar que su familia es de origen aragonés, aunque no quiso precisar que donde su madre tiene una casa y él pasa temporadas siendo uno más del pueblo, es en Fonz (Cinca Medio). No faltaron “las de Fonz” con una pancarta que sujetaban entre cinco mujeres de mediana edad que venían dispuestas a todo.
Orozco lo puso todo, pero quien hizo el concierto fue el público de la Cartuja de Sariñena. Cuando el respetable se sabe las canciones, espera el cambio de ritmo y salta justo antes de que llegue, el que ha llegado de acompañante acaba integrado como uno más y la fiesta es completa.
El clímax llegó cuando Orozco enlazó Te esperaré, Pedacitos de ti, Entre Sobras y Sobras me faltas y, por supuesto, Devuélveme la vida. Cientos de móviles grababan, fotografiaban… A la vez que dos amigas se hacían un selfie, otra se subía a una mesa para gritar: “Antonio, guapo, cásate conmigo”. Fue tremendamente contagioso. Orozco pidió matrimonio a bulto y tuvo que recular ante la respuesta. “Menos mal que he venido con mi abogado”.
El concierto tuvo un momento “luna”, preciosa, a la que el artista apuntó con su índice a la luz de cientos de móviles, y también tuvo momento pandemia, con una emotiva dedicatoria de Héroes a aquellos “imprescindibles” del confinamiento. A falta de sanitarios, la ovación se la llevaron los voluntarios de la Cruz Roja.

Manu Chao clausura el certamen
La clausura de la tercera edición del SoNna Huesca tendrá lugar este domingo a las 19 horas en el espacio de la Cartuja de Sariñena, y correrá a cargo del polifacético artista francés de origen español, Manu Chao. La organización del SoNna Huesca anunció su incorporación al programa el pasado mes de agosto y el aforo de dos mil personas está vendido.
Canciones míticas de sus trabajos ‘Clandestino’, ‘Próxima estación esperanza’ o ‘Desaparecido’ sonarán en el concierto de esta referencia de la música global, multicultural y multi lingüística, donde se mezclan estilos como el rock, el punk, el reggae o el ska y letras de denuncia social con una gran carga emocional, abordando cuestiones como la inmigración, la marginación económica y social o la vida callejera. La última vez que José Manuel Arturo Tomás Chao (nombre real de Manu Chao, hijo del escritor español Ramón Chao) actuó en la provincia de Huesca fue el 25 de julio de 2012 en el Festival Pirineos Sur ante 5.500 personas.
En esta ocasión será un concierto en formato acústico, el mismo que ha exhibido en Ponferrada o Santander, los pasados días 5 y 8 de septiembre, últimas actuaciones además de la del SoNna Huesca, antes de partir hacia Eslovenia el próximo día 16 de septiembre. El pasado agosto ofreció tres conciertos en Noruega.
La Cartuja Nuestra Señora de las Fuentes de Sariñena
Desde que asumiera la titularidad del conjunto en 2015, la Diputación Provincial de Huesca ha invertido más de 2,5 millones de euros, incluidos los 921.000€ destinados a la restauración de los frescos de Bayeu. Están previstas hasta 2024 actuaciones en claustrillos y patios interiores, la tapia exterior, y en el acondicionamiento del edificio de obediencias para aulas de trabajo y un espacio de hospedería.
Lo que más llama la atención de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes son los más de 2.000 metros cuadrados de pinturas murales con las que Fray Manuel Bayeu, cuñado de Francisco de Goya, decoró parte de la iglesia, actualmente en proceso de restauración.
El Monasterio de la Cartuja de las Fuentes, la Cartuja de Monegros, fue fundada en el año 1507 por los condes de Sástago, doña Beatriz de Luna y don Blasco de Aragón, y fue la primera de las cartujas levantadas en el Reino de Aragón, decimoquinta del territorio español. Está enclavada en el corazón de los Monegros, al pie de la sierra de Alcubierre, en el término municipal de Sariñena.
La Cartuja Nuestra Señora de las Fuentes está declarada Bien de Interés Cultural y es Conjunto Histórico-Artístico desde 2002. Es uno de los conjuntos pictóricos barrocos más importantes de los que existen en Aragón.