La Morisma 2024.
  • A causa de la lluvia se interrumpía la actuación de La Morisma cuando apenas quedaban veinte minutos para el final, justo tras del triunfo de las tropas cristianas. No ha podido otorgarse la Orden de La Morisma al artista altoaragonés, José María Lacoma.
La interrupción tuvo lugar justo tras el triunfo de las tropas cristianas.

Cerca de mil personas revivieron este sábado, en la Plaza Mayor de Aínsa, la mítica batalla de La Morisma en su 1.300 aniversario. Moros y cristianos se aliaron esta vez para intentar vencer a la temida lluvia, que complicaba durante la mañana las tareas de montaje de decorados pero que finalmente comenzaba la representación pasadas las diez y media de la noche, según explican desde la organización.

La Morisma. Foto: Paco Parra.

“Teníamos claro que aplazaríamos la decisión de continuar o suspender hasta el último momento”, explicaba la presidenta de la Asociación Cultural La Morisma, Isabel Bergua. “Son muchos meses de preparativos con 500 actores y figurantes, algunos de ellos nuevos, 150 voluntarios, músicos, personal técnico, y, en definitiva, toda una red logística que permite que una representación popular de estas características pueda realizarse adecuadamente. El esfuerzo bien merece confiar, y por suerte esa confianza ha tenido su recompensa”.

Público con paraguas en La Morisma. Foto: Paco Parra.

Así pues, con todas las entradas vendidas y la emoción y el apego a las tradiciones por bandera, las luces, la música y los vecinos y vecinas sobrarbenses que participan de la representación hacían brillar la edición más especial de cuantas se recuerdan. Este año se rememoran los 1.300 años de una batalla que supuso la reconquista de un territorio y el germen que dio lugar a la creación del Reino de Aragón.

Las sorpresas no se han hecho esperar, apareciendo en escena las nuevas reinas mora y cristiana, Martina Santos y Elena Buetas respectivamente, Guillén Palacín en el papel de Pecado, Javi Marín como Mauran, y los jovencísimos Álex Buetas y Samuel Sanz como monaguillos del sacristán más divertido. También se han estrenado Marco Gastón y Fabián Campoy como chusma y Marco Fantova interpretando un nuevo dicho.

Imagen emblemática de La Morisma.

“La tradición está muy arraigada y tiene un largo recorrido por delante gracias a la incorporación de jóvenes, que lo están viviendo con la misma intensidad y responsabilidad que sus antecesores”, comentaba satisfecho el alcalde, Enrique Pueyo.

Otra de las imágenes emblemáticas de La Morisma.

Como momento cumbre de la noche cabe destacar la aparición del dragón Pentafuria, que se incorporaba al elenco en la edición de 2022 dejándose ver a través de una de las ventanas del ayuntamiento. Este año, además, ha impregnado el ambiente de humo en el fragor de la batalla, dándole un punto extra de epicidad a la escena. No obstante, sigue siendo protagonista la escena en la que una cruz de fuego aparece sobre una carrasca, motivo por el cual, dice la leyenda, el bando cristiano ganó en la lucha por la reconquista de Aínsa.

Escena en la que una cruz de fuego aparece sobre una carrasca.

Y a causa de la lluvia, no ha sido posible el otorgamiento de la Real Orden de Caballero de La Morisma, la máxima distinción que otorga esta fiesta, al artista altoaragonés José María Lacoma, quien fuera director artístico de la obra en los ochenta y noventa. “Gracias a su ayuda, y dado que él venía del mundo del espectáculo, La Morisma ganó en agilidad, con un carácter más teatralizado. Es una suerte contar con personas de tanto talento para seguir aprendiendo y mejorando una representación que evoluciona de año en año”, destacaba la presidenta de la Asociación Cultural La Morisma.

Aínsa, un viaje a la Edad Media durante todo el fin de semana

Aunque el acto central del fin de semana es la propia representación de La Morisma, el pueblo ofrece un compendio de actividades para todos los públicos desde el viernes, que finalizarán este domingo a última hora de la tarde. Mercadillo medieval, pasacalles, talleres, exhibiciones de material y recreaciones de diversa índole se suceden con gran afluencia de público para despedir el mes de agosto por todo lo alto.

La Morisma sale adelante en 2024 con el apoyo de la comarca de Sobrarbe, la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón. En 2020 cumplió cincuenta años de representación en su época moderna, aunque a causa de la pandemia hubo de posponerse hasta 2022. Aquel año se entregó la Real Orden de La Morisma a José Garzón y José Manuel Murillo por su tesón para rescatar este drama histórico del que se tiene constancia desde el año 1676.

“Solo nos queda, desde el ayuntamiento, dar la enhorabuena a todas las personas implicadas por el esfuerzo tan grande que sabemos que realizan y por el resultado, que ha sido una auténtica maravilla”, concluía el alcalde. “Esta fiesta sigue siendo nuestra seña de identidad por excelencia. Somos afortunados, además, de poderla mostrar en nuestra Plaza Mayor y ante un público que llega no solamente de todo Aragón, sino desde distintas partes de España y del mundo en la recta final de la temporada veraniega”, añadía, ensalzando al mismo tiempo el tejido asociativo existente en el territorio, “el auténtico impulso para que acontecimientos como éste, o como la Expoferia que celebramos el próximo fin de semana, se desarrollen con incuestionable éxito”.

La historia de La Morisma

La Morisma es un drama histórico de tiempo antiquísimo transmitido de generación en generación, que dice cómo sucedió la conquista de Aínsa por los cristianos en el siglo VIII.

Según la tradición, la aparición de una Cruz en lo alto de una encina fue lo que alentó a las tropas cristianas y les hizo obtener un triunfo total sobre las tropas árabes.

Esta obra, de gran vistosidad, se celebraba desde siempre cada dos años coincidiendo con los años impares; el hecho obedecía simplemente a que cuando se recuperó la pieza a principios de los años 70 se decidió hacer la representación con una periodicidad bianual.

Sin embargo, fue en el año 2003 cuando la fuerte lluvia caída unas horas antes del inicio de la puesta en escena, obligó a suspender la representación, y se acordó celebrarla al año siguientes rompiendo así la tradición de los años impares.

Gracias a la iniciativa de Luis Mur, profesor que fue del Instituto de Huesca, y la ayuda del maestro Francisco Peñuelas, se pudo recopilar el texto íntegro de la obra en el año 1930; texto que hoy podemos disfrutar, si bien su lenguaje ha sido bastante modernizado, pues antiguamente su verso irregular se leía en fabla, aspecto que actualmente se ha perdido.

Este texto fue publicado como prólogo a la primera edición que se hizo del texto de La Morisma que redactó su autor, José Garzón Rodelgo, en julio de 1970. La edición del texto actual incluye las aportaciones de La Morisma de 1993 y se publica en el 25 aniversario de su recuperación como espectáculo en la Plaza Mayor de Aínsa.

Para recalcar la importancia de esta fiesta, basta mencionar que las Cortes de Aragón, reunidas en Zaragoza en el año 1676, acordaron conceder diez libras jaquesas, provenientes de los fondos del Erario Público, para contribuir a su celebración.

Posteriormente, Felipe V y por Real Decreto de 1716, dispuso que se continuasen pagando las diez libras jaquesas para la conmemoración de esta fiesta que recordaba la victoria obtenida por el Rey Garci-Ximenez con la ayuda de la Cruz sobre los árabes.