El Ayuntamiento de Palo quiere ofrecer a sus vecinos, “tanto a los que residen todo el año como a aquellos que pasan aquí unos días o largas temporadas, un espacio para su desarrollo profesional”.
Begoña Dorado, alcaldesa de la localidad, considera que este es “un gran reto para un pequeño municipio como el nuestro, hemos convertido una necesidad en una oportunidad para que nuevos pobladores puedan fijar aquí su residencia”.
En el verano de 2020 se habilitó una sala junto a la oficina del Ayuntamiento “con lo que teníamos entonces. Empezamos colocando unos caballetes y unos tableros”. Gracias al Plan de Obras y Servicios, entre 2022 y 2024 el Ayuntamiento de Palo ha invertido casi 75.000 euros un sistema de aerotermia alimentado con placas solares, la renovación de la carpintería de ventanas y suelo, y la adquisición de muebles para una sala “que hoy es un espacio de trabajo confortable. Desde el primer momento, nuestro objetivo fue que reuniera todas las condiciones necesarias para ser utilizada todo el año”.
Como consecuencia de la pandemia y la generalización del teletrabajo, explica Dorado, “varias personas han podido teletrabajar en el espacio coworking durante las semanas que han pasado aquí: desde un alto ejecutivo de una gran empresa a trabajadores del sector financiero, informáticos, etc. También estudiantes que utilizan la sala si tienen que hacer algún trabajo para el instituto. Nuestra idea es que puedan convertir sus estancias temporales en definitivas y que este espacio sea un aliciente a la hora de tomar esa decisión”.
Begoña Dorado lamenta que “el año pasado recibimos una carta de la DPH anunciando que no se iba a renovar el contrato para los puntos wiFi que la institución había puesto en marcha gracias al Plan de Extensión de Banda Ancha. En Palo teníamos uno en esta sala, confiábamos en que la Diputación seguiría ayudándonos a ofrecer conexión a internet a los usuarios, pero no ha sido así”. Por eso, “desde hace un par de meses el Ayuntamiento se hace cargo de la cuota mensual. Hablamos de más de 400 euros al año, que para un pueblo de 30 habitantes censados es un esfuerzo muy importante, pero no tiene tanto impacto para una administración provincial con un presupuesto que supera los 100 millones de euros”.
El Ayuntamiento de Palo, además, fue excluido por falta de presupuesto de la convocatoria de subvenciones destinadas a inversión en pequeños municipios del Gobierno de Aragón. El consistorio la solicitó para el equipamiento informático del espacio coworking, pero, en palabras de la alcaldesa “está claro que esta línea de ayudas está infradotada: 350.000 euros no son suficientes para ayudar a los casi 500 ayuntamientos de Aragón que tenemos menos de 350 habitantes”.