En el Plan de Gestión de la Reserva Biosfera Ordesa Viñamala 2014-2020 se contemplaba la creación de un Consejo Científico, como un órgano más de participación, que apoye y asesore a la Reserva Biosfera en la planificación y desarrollo de acciones e iniciativas en el territorio.
La figura del Consejo Científico está presente en la estructura de las reservas de la biosfera de la UNESCO, y forma parte de las premisas impulsadas por el Plan de Acción de Lima para la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.
En la primera reunión, que se desarrolló de manera virtual, tuvo lugar la presentación de los principales objetivos y funciones que desarrollará dicho consejo científico, y de los diferentes integrantes que lo conforma: 10 miembros, coordinados por la directora de la Reserva Biosfera Ordesa Viñamala y del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Elena Villagrasa, y por el representante de Aragón en el Consejo Científico de Reservas de la Biosfera de la Secretaria MaB España, José Manuel Nicolau.
Forman parte de este Consejo diferentes representantes de la Universidad de Zaragoza de múltiples disciplinas académicas, como Ana Isabel Escalona, Alfonso Abecia, Ramón Reiné, Helena Giné, Jose Angel Bergua, Javier del Valle o Ánchel Belmonte, y miembros del IPE-CSIC como son María Begoña García y Daniel Gómez.
La investigación y la aplicación de los conocimientos científicos son uno de los pilares teóricos de la gestión de las Reservas de la Biosfera, siendo su papel la contribución al desarrollo de modelos para la sostenibilidad mundial, nacional y local, y para que las Reservas de la Biosfera sirvan de lugares de aprendizaje donde los distintos actores, incluidas las comunidades científicas y de investigación, colaboren en la aplicación de los principios globales del desarrollo sostenible en prácticas locales apropiadas
El objetivo de este órgano es jugar un papel dinámico y proactivo con los procesos de trabajo y proyectos promovidos desde la Reserva Biosfera, en contacto directo con la población y con un intercambio de conocimiento y sabiduría bidireccional.
De este modo, la experiencia de los científicos e investigadores puede fortalecer acciones para el desarrollo de los sectores económicos locales, el voluntariado ambiental, o la celebración de foros divulgativos y participativos con los vecinos, entre otras cosas.