Foto familia. Club de Montaña Nabaín.
  • La ruta realizada por el Club de Montaña Nabaín y el Club Atlético Sobrarbe permitió también disfrutar del valle de Sorrosal y de sus cascadas nutridas por las recientes lluvias.

Crónica de José Luis Gracia Amigot (Club de Montaña Nabaín de Boltaña).

Fuimos 16 socios de los clubes Nabaín de Boltaña y CAS de Aínsa, los que, desde las localidades de Boltaña, Fiscal y Linás de Broto, nos reunimos en las cercanías de esta última para realizar una bellísima circular que nos llevaría hasta la cima del pico Mondiciero, Mondiniero o Litro, que de las tres formas es conocido.

El cielo, dentro de la ola de calor en la que nos encontramos, se presentaba totalmente despejado, lo que nos hacía presagiar un caluroso día de principios de verano.

Fuente: Club de Montaña Nabaín.

Partimos a las 8:30, hacia una pista, antes de llegar a Linás, que tras cruzar una cadena nos llevó al desvío señalizado hacia el Litro. Ya a esa hora y dentro del bosque en el que predominaban los buxos, quejigos y pinos silvestres, se notaba el calor que nos iba a acompañar durante toda la jornada.

Después de dejar atrás el bosque, salimos a un rellano herboso lleno de florecillas de distintos colores, en el que se podía contemplar la Sierra Tendeñera con sus picos Otal, Tendeñera y Sabocos, excusa para realizar unas fotos, hidratarnos y tomar aliento antes de comenzar la larga y esforzada subida que nos esperaba a través del Serrato del Cagigar. Desde este punto ya se veía el objetivo de nuestra caminata. Corría una brisilla del noroeste que nos permitía hacer la empinada cuesta más llevadera.

Después de cubrir unos tres kilómetros y 650 metros de desnivel positivo desde la última parada, hollamos la cima del Mondiciero (2299 m). Se abría ante nuestros ojos una espectacular vista que inmediatamente se fijaba en el inicio del Valle de Ordesa, la Sierra de las Cutas, los colosos de Treserols, Taillón, Gabietos, Vignemale con su marmolera, y, a su izquierda la Sierra Tendeñera. Ya mirando más hacia el este se podían ver los Suerio y la Peña Montañesa (nuestro querido Nabaín quedaba seguramente oculto tras montañas de mayor altura), vislumbrándose, así mismo, las laderas del Turbón, próxima cita de nuestro programa. Almorzamos y disfrutamos de las vistas durante 45 minutos y nos preparamos para bajar hacia el punto inicial de nuestro recorrido.

Fuente: Club de Montaña Nabaín.

Para ello nos dirigimos hacia Cuello Mondiniero (2114 m). Es aquí donde cuatro de nuestros compañeros, que no habían tenido suficiente con lo subido hasta ahora, decidieron acercarse al cercano Tozal de Comas (2342 m). Ellos añadirían 228 m de desnivel positivo al realizado por el resto de la “expedición”. Bajamos en dirección del barranco de Las Sarriesas, donde pudimos ver durante unos instantes un grupo de sarrios corriendo ladera abajo espantados por nuestra presencia, paramos a refrescarnos en el barranco y, a continuación, emprendimos la marcha hacia el refugio Planas d’Abozo. En este lugar los compañeros que habían subido al Tozal de Comas nos alcanzaron para continuar juntos la andada.

Fuente: Club de Montaña Nabaín.

Aún nos quedaba una sorpresa final. Dejando atrás el refugio y ascendiendo por un pequeño sendero, llegamos a las cascadas d’Abozo, dos prolongadas caídas que tras las lluvias de la semana pasada ofrecían un espectáculo impresionante. Ganas nos dieron de “capuzarnos” en las pozas formadas por estas, pero decidimos partir hacia Linás, cruzando el puente A Pasata y sorteando preciosas gabardas en flor, para refrescarnos en su albergue el interior de nuestros cansados y acalorados cuerpos. Llegamos al punto de inicio de nuestra excursión a las 14:30, después de 6 horas, contando las paradas, recorriendo unos 15 kilómetros con 1140 m de desnivel positivo y habiendo disfrutado de un día que recordaremos durante mucho tiempo.