El hallazgo de arte rupestre en la Espluca as Faixas, en el término municipal de Puértolas -con motivos pintados en color rojizo y entre los que sobresalen una figura antropomorfa y una serpentiforme- se suma a los ya conocidos de Góriz, San Úrbez y O’Lomar formando dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido de un área importante en el ámbito de distribución del arte levantino y esquemático en la cordillera pirenaica.
Estos nuevos ejemplos de arte rupestre se adscriben al estilo de arte esquemático, como los ya documentados a finales de 2020 en la Cueva Biasba.
El análisis de las muestras tomadas de los pigmentos de las pinturas levantinas de O’Lomar permitirán precisar, desde la Universidad Autónoma de Barcelona, la composición de estos pigmentos que, a fecha de hoy, constituye el conjunto de arte levantino de mayor altitud y más septentrional de la Península Ibérica.
Prosiguiendo con las acciones ejecutadas a lo largo de este año en el marco del proyecto “Arqueología del pastoralismo en el Bien Pirineos-Monte Perdido”, han continuado las excavaciones en extensión en el yacimiento prehistórico de Coro Trasito, en Tella. “La excavación se ha centrado en el estudio de un nivel de hábitat humano de la cueva datado entre el 4700 y 4650 antes de Cristo, durante el Neolítico antiguo”, explica el Dr. Ermengol Gassiot, de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Grupo de Arqueología de Alta Montaña (GAAM).

En este período la cueva se utilizó como lugar de vida humana y trabajo. Allí han aparecido abundantes restos del consumo de bienes de vida (como alimentos – fauna doméstica y salvaje, recursos vegetales-, adornos, etcétera) y de producción, entre los que destacan las trazas de producción de cerámica.
“Es uno de los escasos niveles de hábitat humano del Neolítico antiguo excavado en extensión en todo el Pirineo y, sin duda, el que presenta un mayor volumen de materiales por encima de los 1000 metros de altitud. Además, supone un aporte muy relevante a la comprensión de las cuevas redil desde la arqueología prehistórica, que generalmente se han entendido casi exclusivamente como lugares de estabulación de ganado” señala Gassiot.
A poco más de un kilómetro de Coro Trasito se han realizado diversas dataciones de Carbono 14 de la cueva de Artiga Vitorián, dataciones efectuadas en su mayoría sobre huesos de fauna doméstica, sobre todo de ovejas y cabras y que han arrojado la misma cronología de Coro Trasito. “La proximidad de ambos yacimientos es excepcional en un contexto de montaña pirenaica porque revoluciona los conocimientos del proceso de introducción de la ganadería y la agricultura en el Pirineo a inicios del Neolítico y otorga un valor patrimonial excepcional al valle de Puértolas, que puede considerarse casi como el primer “valle del Neolítico Antiguo” del Pirineo.
Otra de las actuaciones llevada a cabo este ejercicio ha consistido en la excavación de la mallata FL-009, situada a 2.170 metros de altitud en el valle de Góriz, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Este trabajo ha posibilitado la documentación de los momentos de ocupación del citado yacimiento, previamente datado en 2018 en la alta Edad Media (el más reciente) y en la Edad del Bronce (el más antiguo). Junto con fragmentos de cerámica, se recuperaron restos faunísticos entre los que sobresale el fragmento de una mandíbula de vaca doméstica, un hallazgo que plantea la existencia de una ganadería de vacuno en el valle en época prehistórica, durante la Edad del Bronce hace algo más de 3.000 años (y contrasta con la ganadería exclusivamente de ovejas y cabras “tradicional” del s. XX).
Estas investigaciones, llevadas a cabo por el Grupo de Arqueología de Alta Montaña (GAAM) se enmarcan dentro del proyecto impulsado por la Comarca de Sobrarbe bajo el título “Estudio y difusión del pastoralismo en el bien Pirineos Monte Perdido”, financiado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España, y pueden llevarse a cabo gracias a la estrecha colaboración entre diferentes organismos como la comarca de Sobrarbe, el Ayuntamiento de Tella-Sin, el Centro de Estudios de Sobrarbe, el Gobierno de Aragón, la Universidad Autónoma de Barcelona o la Institución Milá i Fontanals del CSIC, entre otros.
Durante el mes de junio, en el marco del programa EXCAVA con el Geoparque de Sobrarbe, el equipo investigador acogió entre sus filas a seis ciudadanos que tuvieron la posibilidad de vivir la experiencia única de participar en una excavación arqueológica.