Rondadores y rondados, de Saravillo.

Una cascada de casualidades va a permitir que el día 15 de agosto, por la tarde, se presente el “Baile de la Rosca”, de Saravillo. Hace 50 años, Blas Coscollar, médico y conocido investigador de música tradicional, mantuvo una conversación con Constante Bielsa (1905-1990), músico saravillense que había emigrado a Burdeos cuando tenía 15 años y le grabó el “Baile de la Rosca” que recordaba de su niñez.

Constante Bielsa, imagen facilitada por Blas Coscollar.

La grabación quedó “traspapelada” entre otros documentos y la serendipia, es decir, un “hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual” ha permitido recuperar este baile que todavía se conserva en la memoria de algunos de los saravillenses más ancianos.

A los “bailes de la rosca” se les ha dado diferentes interpretaciones simbólicas y/o funcionales y su antigüedad es compartida por todos los estudiosos de las danzas tradicionales de Sobrarbe, que ya cuenta con un interesante ramillete de danzas en cuya recuperación tuvo mucho que ver Ánchel Conte y Josefina Loste. Juli Soler Santaló–ingeniero, fotógrafo y montañista– describe con detalle, cómo era este baile en Gistaín, a principios del siglo XX. En los diversos bailes con esta denominación que han llegado hasta nosotros, un gran roscón –la “Rosca”– cuelga de la espalda de uno o varios danzantes, seguidos por mujeres solteras que hacen “farandolas” –denominación que recuerda el Sr. Bielsa de las filas que hacían los danzan.

Baile de la rosca, imagen facilitada por Blas Coscollar.

La “Rosca” es denominador común de todos ellos, no la música ni la coreografía. En Gistaín se interpretaba con gaita de boto -que venía de Señes- y guitarra. El hecho de que las danzantes fueran solteras, en algunos lugares, hizo que se denominara, también “Baile de las feas”. Se baila en “fila india” a la que en Sarabillo se llamaba “farandola”, según el Sr. Bielsa.

Blas Coscollar ha hecho un arreglo instrumental que será interpretado por músicos locales y la “Bielsa Famuly”: el hijo y los nietos del informante todos ellos reconocidos músicos en el país vecino, que no han querido perderse tan singular acontecimiento en homenaje a su padre y abuelo.

La coreografía ha corrido a cargo de Elena Requejo y Roberto Serrano, de San Juan de Plan (Orquestina del Fabirol) y se adapta a las circunstancias culturales y sociológicas actuales, repartiéndose de manera rotatoria los roles masculino y femenino de los danzantes. Desde hace varias semanas se vienen llevado a cabo los ensayos en el salón social de Saravillo, de manera muy satisfactoria. En la presentación del día 15 podrán participar todos los asistentes.

Imagen de uno de los ensayos del baile de la rosca.

Previamente, a las 18 horas, se celebrará una mesa redonda en el local social con el doble título de “Sarabillo, lugar de músicos” y “La serendipia y la importancia de llamarse Bielsa… en Sarabillo” a lo largo de la cual se pondrá de manifiesto la tradición musical del pueblo del que, en el siglo XIX, fue cura el inefable barbastrense Bruno Fierro Brualla –“o cura de Sarabillo” y se compartirán, entre otras cosas, los pormenores de la recuperación del baile y composiciones –también “traspapeladas”– de Constante Bielsa.

Alrededor de las 20 horas los “Bielsa family” harán un pasacalles donde interpretarán el pasodoble “Saravillo” y otras composiciones de su padre y abuelo. Los músicos del lugar rondarán las casas natales de Constante y Valentín Bielsa; éste último, afamado guitarrista, compositor y profesor de guitarra que también procedía de Saravillo… ¡y se apellidaba! Bielsa, según explica Blas Coscollar.

Grupo de bailes de Gistaín, imagen facilitada por Blas Coscollar.

El pasacalles/ronda terminará en la Plaza, donde se bailará el “Baile de la Rosca” recuperado. “Todos los que han participado para hacer posible este extraordinario evento están muy ilusionados y coinciden en que será un día inolvidable al que están invitados todos los amantes del folklore aragonés, especialmente los grupos de danzas tradicionales”.