Torreciudad celebraba este sábado el Día de la Familia, una adaptación de la tradicional Jornada Mariana de la Familia, organizada en esta ocasión bajo criterios de seguridad y que ha contado con una numerosa participación digital.
Los actos comenzaron la noche del viernes, retransmitidos por el canal de Youtube del santuario, con una vigilia de oración en la nave principal del templo. Varias familias tomaron parte activa en una Liturgia de la Palabra en la que hubo ofrenda de flores a la Virgen y una petición muy especial, en unión con el Papa Francisco, por el fin de la pandemia y las familias de todo el mundo.
Bajo la imagen de la Virgen de Torreciudad se había colocado un gran manto de luz formado por cerca de 3.500 velas personalizadas, encargadas en las semanas precedentes por familias, asociaciones, parroquias y colegios de más de 20 países. Esta acción simbólica, y toda la difusión realizada por internet, han dotado al evento de una participación superior a la registrada en anteriores ediciones presenciales. Se calcula que en torno a 50.000 personas han seguido en diversos momentos el conjunto de actos programados.
El mediodía del sábado tenía lugar la Eucaristía oficiada por el rector de Torreciudad, Pedro Díez-Antoñanzas, en la que ha cantado la soprano barbastrense Ruth Repáraz. En su homilía, el rector ha subrayado que “es lógico sentirnos débiles ante el hermoso ideal de familia que nos mueve, y por eso estamos aquí, para poner nuestros corazones en manos de la Virgen pidiendo su intercesión para alcanzar la misericordia de Dios”. Citando la encíclica Amoris laetitia del Papa Francisco, ha resaltado que “el individualismo incapacita para amar, convierte a la familia en un simple lugar de paso, y los cristianos confiamos en la gracia de Dios para poder imitar el modelo de amor y generosidad de la Sagrada Familia de Nazareth”.
Ya por la tarde, la imagen peregrina de la Virgen de Torreciudad, adornada con un vistoso conjunto floral, ha sido llevada en andas por un grupo de jóvenes voluntarios que han ayudado en la acogida de los peregrinos. Mientras recorrían los soportales de la explanada, los fieles han rezado el Rosario y la Salve. Como conclusión de la jornada, se ha celebrado la Bendición con el Santísimo en el altar al aire libre.