Visita a la casa de bioconstrucción Casa Nautilus.

Los alumnos de tercero de la ESO cambiaron las aulas del Instituto de Secundaria de Sobrarbe por una casa de bioconstrucción, ubicada entre Aínsa y Boltaña.

A través de la asignatura de Tecnología descubrieron que existe una forma diferente de edificar en armonía con el medio ambiente utilizando materiales naturales, libres de tóxicos y ahorrando agua y energía.

Casa Nautilus, uno de los últimos proyectos de la arquitecta de Bioconstrucción, Petra Jebens-Zirkel, abrió sus puertas a unos 70 alumnos de la comarca de Sobrarbe. Su profesora, Amanda Pe, apostó por acercar la realidad del territorio para aprender el uso de los diferentes materiales de construcción dentro de la asignatura de Tecnología e invitó a la presidenta del Instituto Español de Bioconstrucción (IEB) a que diera una charla a los escolares sobre las pautas en las que se basa la Biología del Hábitat.

Interior de la casa.

“Pensé que la mejora manera de que los chavales aprendieran fuera viendo un caso concreto y cercano a nosotros”, explicó la docente. Casa Nautilus es un proyecto personal de un vecino de la zona que cumple con las 25 pautas de la Bioconstrucción y que nace con la intención de ser autosuficiente tanto en la captación de agua mediante pozos como en la obtención de la energía y depuración. Además apuesta por el agroturismo, con la incorporación recientemente de gallinas y unas corderas recién nacidas que se han llevado el cariño de los jóvenes.

Esta iniciativa pretende acercar la bioconstrucción a la población escolar como una opción posible para reducir el desgaste del planeta y disminuir el uso de energía. Tanto el IEB así como el propietario de la casa, Jorge Ruíz de Eguilaz, explicaron con detalle el porqué de la elección de cada elemento de construcción y sus beneficios. Los propios escolares notaron el calor del interior de la casa conseguido tan sólo por el sol y aprendieron sobre la importancia de una buena orientación para los ventanales.

La cubierta verde del tejado fue lo que más sorprendió a los estudiantes junto con las formas orgánicas, las paredes curvilíneas y el inodoro seco, que se convierte en compostero y ahorra grandes cantidades de agua.

Otra imagen del exterior de Casa Nautilus.

La profesora está convencida que esta visita motiva en el estudio al alumnado poniendo en práctica la teoría al mismo tiempo que aumenta la sensibilidad por el cuidado del medioambiente. Tras la charla y la visita, los estudiantes deberán elaborar su propio proyecto para la ampliación del Instituto de Aínsa eligiendo los materiales adecuados y su vinculación con el cuidado del planeta.