Foto: DGA.

Las 188 estaciones depuradoras de aguas residuales gestionadas por el Insituto Aragonés del Agua (IAA) limpiaron durante el pasado año 2013 un total de 76,1 hectómetros cúbicos de agua, una cantidad equivalente a la capacidad de almacenamiento de embalses como Barasona, La Tranquera o Caspe, por citar algunos ejemplos.

En esa labor de depuración se ha evitado que se viertan a los ríos 3.000 toneladas de basura y 130 toneladas de grasa, y se han tratado hasta 14.600 toneladas de contaminación orgánica.

Otro dato significativo en cuanto a la labor de depuración en Aragón es que en 2013 se generaron 56.392 toneladas de fangos. Una cantidad que permitiría llenar entre 3.000 y 4.000 camiones que, puestos en fila, ocuparían el espacio comprendido entre Zaragoza y Sabiñánigo.

El Instituto Aragonés del Agua persigue cumplir con la Directiva Marco del Agua (2000/60/CE), en la que se establece que hay que alcanzar un buen estado de las masas de agua. Por ello, Aragón puso en marcha el Plan Especial de Depuración y el Plan de Depuración del Pirineo.

Aragón ha optado para la construcción de las instalaciones de depuración de aguas residuales por un sistema de concesión de obra pública en el que la empresa concesionaria redacta el proyecto constructivo, ejecuta la obra y explota las instalaciones durante un plazo de 20 años.

Desde el Instituto Aragonés de Agua afirman que “es necesaria la participación de la iniciativa privada debido a que los recursos de las administraciones públicas son cada vez más limitados”. Estamos hablando de un volumen de inversión significativo, contando con los límites establecidos para la deuda de las administraciones públicas.

De esta manera, el concesionario percibe unos ingresos en función del caudal de agua depurada que sale de la planta, y con esos ingresos hace frente a la amortización y financiación de la obra y a los costes de explotación.

Aragón es la primera comunidad autónoma española pluriprovincial en cumplimiento de las directivas europeas, y además el nivel de cumplimiento es superior a lo exigido por Europa.

El PLAN ESPECIAL DE DEPURACIÓN tiene concluidas diez de las trece zonas geográficas, lo que supone haber ejecutado 100 de las 131 depuradoras previstas.

Las otras tres zonas son:

– Zona 10: Matarraña, Maestrazgo, Bajo Aragón y Caspe. Se ha dividido en tres subzonas. Una está en ejecución y las otras dos a punto de licitarse las obras.

– Zona 3: La Litera, Cinca Medio, Somontano de Barbastro y Ribagorza. Estuvo parada por iniciativa unilateral del constructor, el cual (tras una sentencia en su contra) reanudaba los trabajos hace varios meses.

– Zona Utebo. Se ha procedido a licitar la obra, tras adecuar el proyecto a la realidad urbanística actual. La inversión, en lo que se refiere a construcción, se sitúa en 34 millones de euros.

Los problemas financieros derivados de la crisis económica general han provocado, por otra parte, la paralización de los proyectos del PLAN DE DEPURACIÓN DEL PIRINEO. Se está en vísperas de desbloquear la situación, gracias a las negociaciones mantenidas con el Banco Europeo de Inversiones (BEI). En la actualidad hay en explotación una veintena de instalaciones del Plan Pirineos.