Biella Nuei en una de sus canciones.
  • La segunda sesión del Festival Castillo de Aínsa le ganó el pulso a las tormentas de verano. El grupo de folk aragonés Biella Nuei sorteó la lluvia ofreciendo un concierto en acústico.

Los chaparrones previos y la corta pero intensa lluvia al comienzo del espectáculo retrasaron e interrumpieron el prometedor encuentro, que finalmente pudo celebrarse bajo un pequeño porche ubicado en el interior del patio del Museo de Oficios y Artes Tradicionales de Aínsa.

Actuación de Biella Nuei

El público tampoco se amilanó. Provistos de chubasqueros y paraguas aguardaron pacientemente la puesta en escena de Biella Nuei, que llegaban al festival dispuestos a mostrar un novedoso repertorio integrado en el proyecto de investigación “Ordesa”.

La banda lleva años indagando en la riqueza musical tradicional de los valles del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y ahora, gracias al apoyo de la Dirección General de Política Lingüística del gobierno autonómico, han dado a conocer algunas de las producciones audiovisuales que lo forman. El objetivo final es completar la ambiciosa tarea con la publicación de otros trabajos en formato disco y libro. Se trata, en definitiva, de proteger el patrimonio inmaterial de esta zona del Pirineo.

El grupo aragonés Biella Nuei

Con un cambio de escenario improvisado y sin enchufes, Inma Carné, Eduardo García, Ernesto Cossío, Jorge Álvarez, Pilar Almalé y Luis Miguel Bajén se disponían a tocar una canción de despedida precipitada.

La lluvia había mojado algunos instrumentos y las posibilidades de seguir adelante disminuían. Sin embargo, tras tocar “Aqueras Montañas” y comprobar que, aún sin cables y prescindiendo de otros enseres, los temas sonaban bien y el público pedía más, el concierto acabó alargándose más allá de las 21:30 horas.

Otra de las imágenes de Biella Nuei

Intervenía entonces Paco Paricio, de los Titiriteros de Binéfar, para poner en valor el esfuerzo de los músicos en la húmeda tarde del domingo. “Lo que están haciendo ellos solo se puede hacer cuando se es muy buen músico y cuando se toca música muy verdadera”, decía el responsable de la dirección artística del festival. Seguidamente los aplausos rompían el silencio y proseguían emanando del acordeón, la guitarra, la viola de gamba o la gaita aragonesa temas para el recuerdo.

Tras brindar al público varias adaptaciones de temas tradicionales que han descubierto, como “Pineta” o el “Baile del repatán”, éste último típico de Torla y un gran desconocido por celebrarse el 12 de octubre, se comprometían a regresar a Sobrarbe con el firme propósito de invitar al concierto a los habitantes de esos valles que tanto les han ayudado.

Se creó de este modo y sin a priori pretenderlo, un clima familiar, mágico, que se saldó con la satisfacción tanto de artistas como de asistentes, alrededor del centenar. Nada hacía imaginar que el espectáculo adoptaría la fórmula acústica que en tan contadas ocasiones se puede disfrutar.

El Festival Castillo de Aínsa se prolongará hasta el 25 de julio