Imagen facilitada por la junta gestora.

Hace algunas semanas formalizaba su constitución la Junta Gestora de los Montes de Socios de Chía. Se trata de la segunda junta que se crea en la comarca de Ribagorza.

La historia de estos montes se remonta a varios siglos atrás. Las partidas conocidas como La Pala, Pinedo, Llenaheli, Porsellón y Las Lleras eran ‘montes vecinales en mano común’ de los vecinos de Chía hasta que, en la segunda mitad del siglo XIX, fueron desamortizados y subastados. El monte de La Cuadra, que perteneció en su origen al Monasterio de San Pedro de Taberna, también corrió la misma suerte.

Las casas de Chía pusieron dinero en común para comprarlos y se repartió, en cuotas o partes y derechos, el aprovechamiento de los mismos, en función del dinero aportado por cada casa. Así pasaron a ser ‘montes de socios’.

En 2014, los cinco ganaderos que quedaban en Chía convocaron a los vecinos a una reunión y se constituyeron, a modo de medida transitoria, en Asociación de Vecinos de Chía para poder recuperar el dinero que quedaba en la cuenta de los montes, y, sobre todo, disponer de un NIF mientras los propietarios de los montes tomaban una decisión de cómo gestionar esa copropiedad.

En enero de 2022 la Asociación de Vecinos de Montes de Chía solicitó, al servicio provincial de agricultura, ganadería y medio ambiente, iniciar los trámites para constituir la Junta Gestora de Montes de Socios de Chía tras haberse llevado a cabo una exhaustiva labor de investigación para conocer las casas con derechos y localizar a los propietarios y haberse celebrado diferentes reuniones para explicar la situación de los montes y su naturaleza jurídica.

La Junta Gestora de Montes de Socios de Chía, quedaba configurada el pasado mes de diciembre con un grupo de 70 copropietarios acreditados, precisamente, cuando se cumplían 150 años de la compra de los montes en subasta pública.

La primera directiva de esta junta gestora la forman José María Carrera de Qué Pedrón, en calidad de presidente, Enrique Escalona de Qué Navarro, vicepresidente, Maria Antonia Nerín de Qué Presín, secretaria, Sergio Carrera de Qué Treseta, tesorero y como vocales María Nerín de Qué Castán, Noelia Lanau de Qué Sansón y Ramón Río de Qué Bringué.

El origen de los montes de socios en España se remonta al siglo XIX fundamentalmente a la época de la desamortización. Ocupan una superficie aproximada de 2 millones de hectáreas siendo el número de copropietarios desconocido, aunque, posiblemente, ascienda a varios millones de personas.

Se trata de montes privados, pero colectivos, ya que la propiedad pertenece simultáneamente a muchas personas físicas o jurídicas (por lo general varios centenares), no existiendo división del bien, de modo que nadie sabe dónde empieza o termina lo de cada uno, ya que todo es de todos.

Es por ello que a sus titulares no se les denomina propietarios, ni dueños. Son “copropietarios” o “condueños”, es decir, la capacidad de uso del bien viene condicionada a lo que consensuen con los demás. Todo ello, sin perjuicio de que el acceso a los aprovechamientos quede limitado a condueños que cumplan con determinados condicionantes, por ejemplo, la vecindad.

La habilitación de la figura de las “juntas gestoras” en la Ley de Montes (primero a través de la disposición adicional 10ª en el año 2003 y posteriormente mediante el art. 27.bis en el año 2015) ha permitido la recuperación, gestión, conservación y puesta en valor de este tipo de montes a través de un interesantísimo proceso, absolutamente exitoso, directamente relacionado con la lucha contra la despoblación y que está siendo desarrollado en diferentes puntos de España.