Foto de Familia. Fuente: Ayuntamiento de Plan.

Los ayuntamientos del valle de Chistau  realizaban un emotivo acto de reconocimiento a su querido vecino el Dr. Guillermo Bernués Sanz, tras su jubilación. La cita tenía lugar este jueves al mediodía.

Texto íntegro del saludo de José Serveto, alcalde de Plan
Buenos días.
Quiero agradecer la asistencia y dar la bienvenida a todos los vecinos y amigos del Valle de Chistau aquí presentes.

Así como a los Alcaldes o Representantes municipales de los Ayuntamientos de Bielsa, Tella-Sin, San Juan de Plan, Plan y de las Entidades Locales Menores de Serveto y Saravillo. Saludar a los trabajadores del Centro de Salud de Lafortunada.

Nos visitan también antiguos compañeros de los Servicios de Rescate en Montaña de la Guardia Civil a los que agradecemos su presencia. Y por supuesto a la familia de Guillermo, a sus hijos Guille y Jara.

Este es un sencillo acto popular de reconocimiento a nuestro querido vecino y amigo D. Guillermo Bernués Sanz, tras su jubilación. Y hemos elegido para ello el 27 de Junio, día de la Virgen del Perpetuo Socorro, Patrona de los Médicos.

Nos sentíamos en la obligación de demostrar nuestro agradecimiento a Guillermo por el trabajo y dedicación que como médico ha desarrollado durante tantos años. Varias generaciones de habitantes del Valle le estamos profundamente agradecidos.

Paso la palabra a José Antonio López, Concejal y amigo de Guillermo, que leerá un texto redactado para esta ocasión.

Muchas gracias a todos los presentes.

Texto íntegro de homenaje
Allá por el año 1983 llegó al valle una joven pareja. Ella profesora y él médico. Eran tiempos de incertidumbre y los vecinos se preguntaban si el nuevo doctor se adaptaría a estas montañas, los médicos anteriores no habían durado demasiado.

Sin embargo, aquella pareja se fue integrando en el vecindario y decidió echar raíces al comprar una bonita casa que restaurarían transformándola en un acogedor hogar. Allí fue donde la familia creció con la llegada de Jara y Guille.

Guillermo, a pesar de su juventud, no tardó en ganarse la confianza de los habitantes del valle, todos pacientes suyos. Desempeñaba su trabajo con una sorprendente naturalidad. Nunca faltó una palabra amable, una sonrisa, una broma…

Su cercanía gustaba a la gente. Siempre dispuesto, sin mirar el reloj ni escatimar lo más mínimo a la hora de desplazarse y atender a sus pacientes más necesitados en su propio domicilio.

En todos estos años ha participado activamente en la vida vecinal, en las instituciones. Ha ejercido de montañés y de montañero, además de participar en rescates de montaña colaborando con el GREIM.

Mucho han cambiado las cosas en los últimos cuarenta años, los habitantes del valle han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, pero mientras tanto, Guillermo seguía ahí, viendo crecer a varias generaciones de chistabinos, y sin perder un ápice de compromiso ni de implicación. Reivindicando la labor del médico rural y haciendo más fáciles nuestras vidas, haciendo que nos sintiéramos en buenas manos.

No sabemos si aquel joven médico que apareció por el valle hace más de 40 años encontró lo que buscaba en estas montañas. Pero lo que sí está bastante claro es que los chistabinos sí encontramos al médico y convecino que casi todo el mundo desearía.

Inevitablemente, llegó el momento de tu merecida jubilación y también de recoger los frutos de tu buen trabajo, reconocido desde el mismísimo ministerio de Sanidad. Ahora, convertido ya en chistabín por derecho propio, nos seguiremos encontrando por nuestros pueblos, serás un vecino más del que guardaremos buenos recuerdos.

Pero además, hoy aquí, en este día de tu merecido homenaje, podemos asegurarte que tu nombre, Guillermo Bernués Sanz, seguirá recordando a las generaciones futuras que un día (¡Qué digo un día, miles de días durante cuatro décadas!), en este mismo consultorio médico en el que nos encontramos, tú, Guillermo, recibías a tus pacientes con una sonrisa y ponías todos tus conocimientos a nuestra disposición.

Creo que el sentir de la mayoría de nosotros lo podríamos resumir en tan solo una frase:
¡UN MILLÓN DE GRACIAS!