La Dra. Verónica Calderero, Jefe de la Unidad de Oncología del Hospital de Barbastro y Hospital de San Jorge nos ha hecho llegar la respuesta a la queja emitida por Rosa María Pueyo Garcés al Servicio de Oncología Médica del Hospital de Barbastro, y publicada textualmente por Sobrarbe Digital (11/03/2022).
Texto íntegro de la respuesta
En respuesta a la queja emitida por Rosa María Pueyo Garcés al Servicio de Oncología Médica del Hospital de Barbastro.
Después de recibir su escrito de denuncia pública del mal funcionamiento de nuestro servicio, me siento en la obligación de contestarle por la misma vía.
Ya emití respuesta a un escrito suyo previo; siento que no fuera suficiente para resolver sus quejas y tengamos que hacerlo en esta publicación.
Quiero insistirle y recordarle, que su padre falleció a los 82 años de una neoplasia broncopulmonar avanzada y sin alternativas terapéuticas, después de que nuestro servicio le hubiera puesto ya seis líneas de tratamiento oncológico y que confirmáramos por TAC que estaba ante una progresión intratable.
Las imágenes que usted aporta en el artículo y que son tan llamativas que intentan despertar la sensibilidad del que las ve, se deben a toxicidad dérmica por el tratamiento que llevaba su padre en ese momento, que no son graves y que se resolvieron en menos de una semana (he revisado las fechas de ingreso).
Y vuelvo a insistirle, porque quiero que lo entienda, que no fueron la causa de su muerte.
En su primer escrito, revisé la historia de su padre con detalle y ya le informé de que no encontré ningún procedimiento que no se ajuste a lo establecido y que sea penalizable.
Ustedes recriminan a la Doctora Fernández que nos les gustaba su carácter, pero su actuación médica fue en todo momento correcta.
Siento que no podamos elegir ni ustedes ni nosotros aquellas personas con las que nos sentimos más afines. El día a día sería más fácil.
La relación con su padre fue muy sencilla, con usted no.
Recuerdo que usted se puso en contacto con nuestro servicio en múltiples ocasiones, solicitando que no informáramos a su padre de su situación de enfermedad, así que imagino que cuando se refiere a las “palabras desafortunadas de la Dra. Fernández” deben de ser las que le informaron de la situación avanzada de enfermedad y de la escasez de alternativas terapéuticas.
Siento decirle que a menudo ustedes nos piden cosas que no son posibles. Tenemos la obligación ética y legal de informar al paciente sobre su situación y nuestros procedimientos. Esto, no nos hace culpables de los que les pasa.
Usted, tendrá que gestionar su duelo y su rabia, y nosotros vivimos con la enorme dificultad de manejar casos muy difíciles , con una enorme carga asistencial y con familiares que se encuentran en situaciones muy complejas.
Y vuelvo a insistirle, su padre falleció por una neoplasia muy avanzada, después de que nosotros le hubiéramos tratado de forma incesante a lo largo de 2 años.
En cuanto a la Dra. Fernández y a nuestro Servicio, tengo que decirle que hemos trabajado sin descanso y en situaciones de enorme dificultad en los 2 últimos años.
La pandemia COVID nos obligó a cambiar nuestra ubicación en cinco ocasiones consecutivas y debido a bajas médicas múltiples hemos trabajado a mitad de plantilla, con pacientes que no pueden esperar.
En plena pandemia, este servicio llegó a acumular más de 400 pacientes pendientes de ser vistos, y tengo que decir, desde el agradecimiento absoluto como responsable de este Servicio, que la Dra. Fernández ha trabajado sin descanso para sacarlo adelante.
Por fortuna, recibimos cientos de muestras de agradecimiento que no se publican, y que nos dan fuerzas para continuar adelante.
Y desde la crítica constructiva, animo a nuestros pacientes y sus familiares a que nos informen de nuestras debilidades y nos ayuden a mejorar.
Tenemos un largo camino por delante y en eso vamos a trabajar.